
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió en la Casa Blanca con Volodymyr Zelensky y varios líderes europeos para discutir estrategias de paz en Ucrania. Entre los presentes estuvieron Keir Starmer, Emmanuel Macron, Friedrich Merz, Giorgia Meloni, Ursula von der Leyen y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Tras la cita, Trump conversó telefónicamente con Vladimir Putin y confirmó que prepara un encuentro directo entre ambos mandatarios, seguido de un trilateral con su participación, buscando elevar el nivel de las negociaciones.
Esta iniciativa marca un cambio en la dinámica de los diálogos internacionales, ya que anteriormente las rondas de negociación entre Moscú y Kyiv no contaban con la presencia de los líderes principales, logrando solo acuerdos humanitarios parciales como intercambios de prisioneros. Zelensky manifestó estar “preparado para una reunión bilateral con Putin”, lo que abre una ventana de oportunidad para un acercamiento más formal entre las partes.
Cambio de postura sobre el cese al fuego
Durante la jornada, Trump sorprendió con un giro estratégico, al afirmar que un cese al fuego inmediato no era necesario, un cambio respecto a su posición previa y la de los aliados de la OTAN. Esto generó preocupación en Kyiv y en Europa, ya que podría acercar a Washington a la visión de Moscú sobre la paz integral antes de un alto el fuego. Según expertos, como Liza Fokht de la BBC, esta postura favorece a Putin y reconfigura las expectativas sobre cómo se podría lograr una solución negociada.

Aun así, el mandatario aseguró que Estados Unidos trabajará con todos los involucrados para garantizar que cualquier acuerdo resulte en una paz “de muy larga duración”. Líderes europeos como Macron y Merz insistieron en la importancia de un cese al fuego, mientras la Casa Blanca exploraba alternativas de negociación, manteniendo el equilibrio entre seguridad ucraniana y estabilidad continental.
Garantías de seguridad para Ucrania y Europa
Uno de los puntos más relevantes de la reunión fue la discusión sobre garantías de seguridad para Ucrania, similares al compromiso de defensa colectiva del Artículo 5 de la OTAN. Trump destacó que Estados Unidos protegería a Kyiv y que Europa sería la primera línea de defensa, aunque no detalló mecanismos específicos. Expertos coinciden en que estas garantías serían un cambio significativo, ya que Ucrania busca asegurar su soberanía frente a futuras amenazas rusas.
El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, subrayó que la propuesta era un avance sin precedentes y que el Kremlin mostró disposición a considerar la iniciativa. Esto podría significar que Washington y sus aliados europeos estén acercando posiciones hacia un modelo de seguridad colectiva que limite los riesgos para toda Europa, no solo para Ucrania.
Una reunión más cordial que en febrero
El encuentro se destacó por su tono cordial, muy distinto a la visita anterior de Zelensky al Despacho Oval. El presidente ucraniano cambió su vestimenta militar por un traje oscuro y mostró gestos de diplomacia hacia la familia Trump, entregando incluso una carta de la primera dama Olena Zelenska a Melania Trump. Los líderes europeos elogiaron la labor de Trump para reunir a todos los actores, aunque expresaron preocupación sobre la seguridad europea ante futuras acciones rusas.
Zelensky reconoció que esta reunión fue de las más efectivas hasta ahora, al tocar temas críticos como las garantías de seguridad y la preparación de un encuentro bilateral con Putin. La cordialidad y los gestos diplomáticos parecen haber facilitado un ambiente propicio para avances, aunque todavía quedan desafíos importantes para consolidar acuerdos concretos.
Este encuentro evidencia la complejidad de las negociaciones de paz en Ucrania, donde las decisiones unilaterales de un país como Estados Unidos pueden reconfigurar la postura de aliados y adversarios. La iniciativa de Trump para organizar un encuentro directo entre Putin y Zelensky, junto con la propuesta de garantías de seguridad colectivas, podría acelerar una solución negociada, pero también genera incertidumbre sobre la eficacia de un cese al fuego sin compromisos claros. El seguimiento de estos acuerdos será clave para evitar que Ucrania y Europa enfrenten riesgos de escalada en el futuro.
