En esta vida lo único constante son los cambios, pues pocas cosas son las que permanecen tal cual como estuvieron planeadas desde un inicio. Eso lo podemos ver en muchos lados, incluso en la música, ya que muchos artistas y bandas que nos laten han evolucionado un montón con el paso del tiempo. Y definitivamente, Babasónicos es prueba de ello.
Con más de tres décadas de carrera, esta agrupación se ha posicionado como una de las más importantes e influyentes no solo de Argentina, también de toda Latinoamérica. Y eso eso se debe en gran parte a las decisiones creativas y musicales que han tomado a lo largo de los años, pues han crecido muchísimo gracias a que han explorado muchos ritmos y sonidos.
Es momento de repasar la evolución de Babasónicos a través de cinco de sus discos
Y es que a pesar de que mantienen su esencia, Babasónicos han tenido varias etapas que hacen que sea complicado ponerles etiquetas. Y a decir verdad, sería muy injusto encasillarlos en un solo género, ya que a lo largo de su enorme trayectoria los hemos escuchado entrándole a sonidos pesados y otros más experimentales.
Es por eso que, para aquellos que quizá no están tan clavados con la carrera de la banda originaria de Lanús, Buenos Aires o para los que quieren repasar la discografía de este grupazo, nos encargamos de armar esta lista con los discos en los que podemos escuchar y hasta sentir la evolución musical de Adrián Dárgelos, Diego Rodríguez, Mariano Domínguez, Diego Tuñón y Diego Castellano.
Pasto (1992)
Para comprender la evolución de Babasónicos, tenemos que arrancar por el inicio. En 1992, la banda empezó a ser reconocida en su país por formar parte –y para muchos, encabezar– el movimiento de rock sónico. Un año antes de que la agrupación sacara su disco debut, aparecieron muchas otras bandas que, influenciados por Dynamo de Soda Stereo, comenzaron a incorporar al rock otro tipo de sonidos y propuestas artísticas, más apegadas a lo eléctrico. Eso fue este movimiento.
Es así como después de tocar en lugares underground importantes de Buenos Aires, donde ganaron popularidad y experiencia, Adrián Dárgelos y compañía lanzan su primer material discográfico, Pasto, el cual como dato curioso, contó con la participación de los mismísimos Gustavo Cerati y Daniel Melero, quienes tocaron la guitarra y los teclados respectivamente en varias rolas.
En cuanto al sonido, el disco debut de Babasónicos se caracteriza por tener un sonido más crudo, que raya entre el rock alternativo, el punk y grunge con una vibra propia de la juventud. La canción “D-Generación” –que se convirtió en un himno de la generación argentina de los 90– es un claro ejemplo de cómo se escuchaba la banda en aquel entonces.
Miami (1999)
Durante casi toda la década, Babasónicos tomó diferentes géneros y los incorporó a su sonido. Eso lo podemos escuchar en su segundo álbum, Trance Zomba de 1994, donde gracias a la llegada del DJ Peggyn como integrante, trae como consecuencia que los demás miembros quisieran explorar ritmos que como el rap y el funk con el stoner rock, hardcore punk e incluso psicodelia.
Esas melodías pesadas y experimentales las podemos escuchar en álbumes como Dopádromo (1996) y Babasónica (1997). Sin embargo, el verdadero cambio musical dentro de la agrupación se notó a finales de los 90 con su quinto material discográfico, Miami, el último que contó con la participación de Peggyn y en el que encontraron un sonido característico (si así lo podemos llamar).
En este álbum de estudio, Babasónicos se adentra por completo al rock alternativo fusionado con toques de géneros como folk, trip-hop y psicodelia, con una vibra sumamente experimental. Toda esta combinación la perfeccionarían más adelante y se convertiría en su sello, pero este quinto disco sentó la base de lo que sería la banda en el futuro.
Jessico (2001)
En 2001, con el cambio de siglo y en plena crisis argentina, Babasónicos lanza el que probablemente sea el disco clave de su carrera: Jessico. Gracias a este álbum, lograron entrar en el mainstream, convirtiéndose en una de las bandas más importantes de su país. Tanto así que por este trabajo, consiguieron su primera nominación a los Grammy latinos.
Este sexto material discográfico marcó un antes y después para la agrupación, pues con su sonido pop rock (que a pesar de ser una combinación comercial, todavía tenía tintes psicodélicos y experimentales) llegaron a la masividad. La crítica especializada le dio grandes comentarios y el público lo recibió con los brazos abiertos. Con decirles que muchos lo consideraron el mejor disco de rock argentino de aquel año.
Después de Jessico, Babasónicos continuó con este ritmo musical en sus siguientes álbumes de estudio: Infame (2003) y Anoche (2005), los cuales los llevaron a armar giras por Latinoamérica, Estados Unidos y otras partes del mundo. Sin embargo, para el final de la primera década de los 2000, una vez más evolucionaron para mantenerse dentro de la corriente popular.
Mucho (2008)
Luego de tres años sin música nueva, Babasónicos volvió en 2008 con su noveno álbum de estudio, Mucho. Este disco también es muy importante en su carrera, pues fue el último en el que participó el bajista Gabriel Manelli, quien fuera miembro de la agrupación para sus conciertos y presentaciones en vivo que lamentablemente murió a los 38 años a causa de la Enfermedad de Hodgkin.
Pero hablando de este material discográfico en específico, los argentinos continuaron con la fórmula pop rock que tanto les funcionó en sus trabajos anteriores. Sin embargo, a diferencia de dichos materiales, aquí comenzaron una tradición que escucharíamos en sus siguientes álbumes: incluir al menos una canción dentro del tracklist para hacer bailar a sus fans o que tenga esa vibra.
En Mucho, esta rola fue “Microdancing” y desde entonces, Babasónicos han puesto canciones bailables en discos como A propósito y Romantisísmico. Pero como parece que ya es su costumbre, antes de pasar a la siguiente década, la agrupación decidió reinventarse y transformar de nuevo su sonido para mostrarnos que todavía tienen la capacidad de evolucionar.
Discutible (2018)
Aunque estuvieron sacando remixes, lados B y uno que otro sencillo, pasaron cinco años para que Babasónicos lanzara un nuevo material discográfico. En 2018, la banda estrenó Discutible, su decimosegundo trabajo de estudio en el que, a pesar de su enorme trayectoria y tener un enorme estatus dentro del rock latinoamericano, los argentinos se vuelven a retar evolucionando su propuesta musical.
Para que se den una idea de lo que decimos, en este disco sigue presente el pop rock con el que encontraron su mayor éxito en la década pasada. Sin embargo, en medio de esta base “babasónica” ya conocida, así como en sus inicios, se pusieron experimentales mezclando ese sonido característico con electrónica e incluso hip-hop.
Discutible es uno de los trabajos más maduros de Babasónicos, el cual continuaron con Trinchera (2022), donde incluso se atreven a adentrarse más en el synth pop. Pero más allá de eso, este material discográfico nos confirma que puede pasar el tiempo y los años, pero mientras sigan, la banda argentina continuará desafiándose a sí misma y explorando más sonidos.
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