Renuncia inesperada
A solo 10 meses de haber asumido la dirección de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles, Vianey De la Mora García dejó el cargo sin que hasta el momento exista una explicación pública sobre su decisión. La noticia tomó por sorpresa al sector ferroviario, ya que su llegada había sido presentada como una apuesta para renovar la estrategia institucional y fortalecer la representación del gremio ante el gobierno federal. La renuncia generó dudas sobre el rumbo inmediato de la organización.
Salida en la AMF
Lo que se sabe hasta ahora es que no hay un relevo anunciado, lo que aumenta la incertidumbre sobre cómo operará la Asociación Mexicana de Ferrocarriles durante las próximas semanas. Para muchos integrantes del sector, la renuncia de De la Mora abre un espacio de indefinición en momentos en que el país enfrenta retos importantes en materia ferroviaria, como el avance de proyectos de infraestructura, la demanda de mayor seguridad en las rutas y la necesidad de certidumbre regulatoria.
Mientras se espera la postura oficial, diversas voces dentro del sector empresarial señalan que la AMF deberá actuar con rapidez para evitar un vacío de liderazgo que complique las gestiones con autoridades federales y estatales. La sorpresiva renuncia también coincide con un ambiente de cambios en el transporte mexicano, donde se discuten ajustes normativos y nuevas políticas de logística y movilidad que requieren coordinación constante.
Especialistas en transporte explican que la Asociación Mexicana de Ferrocarriles juega un papel clave en la interlocución con el gobierno para temas como ampliación de rutas, modernización de trenes y análisis de inversiones privadas. Una ausencia prolongada en su dirección podría retrasar acuerdos importantes, especialmente aquellos relacionados con proyectos estratégicos que involucran carga, conectividad regional e incluso el impulso al transporte ferroviario de pasajeros.
Además, la salida de Vianey De la Mora ocurre en un contexto donde el sector ferroviario ha ganado relevancia por el aumento del comercio con Estados Unidos y las presiones de las cadenas de suministro globales. Por ello, la continuidad operativa de la AMF resulta fundamental para mantener el ritmo de crecimiento y evitar que la renuncia derive en demoras institucionales que impacten a varias empresas afiliadas.
