16 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha sido tajante al declarar que Rusia no tiene intenciones de formar alianzas con Estados Unidos ni con ningún otro país que busquen contrarrestar a China o a cualquier otra nación. En una entrevista con el diario Kommersant, el jefe de la diplomacia rusa fue categórico: «Rusia no se aliará con nadie contra alguien, y mucho menos contra la República Popular China. Sería inconcebible siquiera pensarlo». Esta declaración reafirma la solidez de la alianza estratégica entre Moscú y Pekín, desestimando cualquier posibilidad de fractura en favor de Occidente.

La Solidez de la Alianza Ruso-China
Lavrov enfatizó que la relación entre Moscú y Pekín está sustentada en una sólida base jurídica y contractual. Esta base define una relación clara que está orientada al apoyo mutuo, lo que incluye el fortalecimiento de sus respectivas economías, sus capacidades de defensa y sus posiciones en el ámbito internacional. Esta firmeza en la alianza binacional demuestra que Rusia prioriza su asociación con China, considerándola un socio estratégico a largo plazo y rechazando la visión occidental de un posible acercamiento ruso-estadounidense para contener a la potencia asiática.
El jefe de la diplomacia rusa se refirió a la insistencia de Washington en promover un tratado tripartito sobre armas estratégicas que incluyera a EE.UU., Rusia y China. Lavrov recordó que Washington «lleva varios años dando vueltas» a esta idea, pero que Pekín mantiene una postura clara de no participación. El canciller ruso indicó que China aún no está lista, ya que su potencial estratégico se encuentra en otra etapa de desarrollo y todavía está lejos de alcanzar la paridad con los arsenales ruso y estadounidense. Rusia, por su parte, respeta y apoya esta posición china.
Lavrov reiteró que la postura rusa siempre ha sido que este asunto «corresponde a China», respetando su soberanía para decidir sobre su propia capacidad nuclear. En cada ocasión que Washington aborda el tema de incluir a Pekín, Moscú recuerda a su contraparte que los aliados de EE.UU. –específicamente Francia y el Reino Unido– son también potencias nucleares que «forman parte de una misma alianza militar» con Estados Unidos (la OTAN). Este argumento busca nivelar el campo de juego, sugiriendo que la perspectiva tripartita de EE.UU. es incompleta e hipócrita, dada la existencia de otros arsenales nucleares dentro de su propia esfera de alianzas.
El ministro ruso también expresó su esperanza de que la actual Administración estadounidense brinde una respuesta a la iniciativa del presidente ruso, Vladímir Putin, relacionada con el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III o Nuevo START). Dicha iniciativa propone seguir adhiriéndose al tratado durante un año más tras su expiración en febrero de 2026, siempre y cuando EE.UU. tome medidas similares. Lavrov recordó que el presidente de EE.UU., Donald Trump, ya había calificado la propuesta como una «buena idea», lo que aumenta la confianza en que una reacción positiva pueda llegar a tiempo.

La cuestión de la alianza y el control de armas estratégicas cobra relevancia ante el historial del START III, el cual fue firmado en 2010 y prorrogado en 2021. Rusia, aunque suspendió su participación en 2023 debido a las acciones de la OTAN, ha declarado su intención de seguir cumpliendo con las restricciones del acuerdo durante su vigencia. Mientras tanto, China ha elogiado la «actitud positiva de Rusia» y ha urgido a que tanto Moscú como Washington, como principales potencias nucleares, asuman su «responsabilidad especial y primordial» en materia de desarme, reanudando la implementación del Nuevo START y debatiendo la reducción de sus vastos arsenales.