
4 DICIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- El Reino Unido anunció sanciones directas contra la agencia de inteligencia militar rusa GRU, después de que una investigación independiente concluyera que el presidente Vladímir Putin tiene una “responsabilidad moral” en la muerte de Dawn Sturgess, una mujer británica fallecida en 2018 tras estar expuesta a Novichok, un agente nervioso extremadamente tóxico. El Gobierno británico determinó que ninguna persona o empresa del Reino Unido podrá tener vínculos comerciales con el GRU.
El informe detalla que Sturgess, de 44 años, murió después de entrar en contacto con un frasco de perfume desechado que contenía Novichok. La sustancia había sido utilizada meses antes durante el intento de asesinato del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, en Salisbury. Aunque ambos sobrevivieron, el ataque conmocionó al Reino Unido y encendió las alarmas sobre el alcance de las operaciones clandestinas rusas en territorio europeo.

El primer ministro Keir Starmer calificó los hechos como un recordatorio del “desprecio del Kremlin por la vida humana”. Señaló que la muerte de Sturgess fue innecesaria y devastadora, y que las sanciones representan un paso firme en la defensa de la seguridad europea. Según Starmer, la agresividad del régimen ruso obliga a mantener una postura firme y coordinada entre los aliados occidentales para evitar que episodios similares vuelvan a repetirse.
La investigación señala que el ataque contra los Skripal no fue una acción aislada ni improvisada. De acuerdo con el informe, las operaciones del GRU fueron autorizadas “al más alto nivel”, incluyendo —según establece el propio documento— al presidente Putin. Los agentes Alexander Petrov y Ruslan Boshirov habrían seguido instrucciones directas cuando rociaron el agente nervioso en el pomo de la puerta del ex espía.
Uno de los elementos más contundentes del informe es la relación directa entre la operación fallida del GRU y la posterior muerte de Sturgess. El frasco de perfume contaminado, abandonado tras el ataque, amplificó el riesgo para cualquier persona que lo encontrara. Para los investigadores, era totalmente previsible que el uso de un arma química en una ciudad generara daños colaterales y víctimas inesperadas. Al hallar y manipular el frasco, Sturgess quedó expuesta a una dosis letal del agente.

El caso ha impulsado a la OTAN y a la Unión Europea a reforzar sus protocolos para la detección temprana de agentes químicos en zonas urbanas. Además, ha motivado nuevos programas de entrenamiento para personal médico y de emergencias, con el fin de identificar más rápido síntomas de exposición a sustancias como Novichok, ya que la ventana de atención suele ser crítica para salvar vidas.








