
15 de abril 2025- La reforma judicial ha desatado una conversación necesaria sobre el futuro de la justicia en México. Este proceso no debe verse solo como un cambio legal, sino como una oportunidad para fortalecer la confianza ciudadana en las instituciones. Involucra a todas y todos, pues se trata de garantizar el respeto a los derechos humanos y de asegurar un sistema que funcione de manera justa, equitativa y cercana a la gente.
Más allá de los debates sobre si los jueces deben ser elegidos por voto popular, lo importante es reconocer lo que está en juego: el fortalecimiento del Estado de derecho, la transparencia en la impartición de justicia y la legitimidad del Poder Judicial. Esta transformación debe enfocarse en mejorar el acceso a la justicia y en acercar a las instituciones con la ciudadanía.
Democratización de la justicia: una tarea colectiva
Este momento histórico es ideal para que la ciudadanía se involucre activamente en temas jurídicos. La reforma judicial mexicana plantea la posibilidad de una justicia más democrática, donde las decisiones y cambios no estén solo en manos de unos cuantos. La justicia debe ser un tema de interés colectivo, porque todas las personas podemos vernos afectadas por fallos judiciales o problemas legales en cualquier momento.
Pensar que el trabajo de jueces y magistrados no nos afecta es un error. Todos los días, en tribunales de todo el país, se resuelven conflictos que impactan directamente en la vida de las personas. Por ello, es vital que quienes ocupan cargos en el sistema de justicia tengan preparación, ética y sensibilidad social.

Retos y modernización del sistema judicial
En el ámbito estatal, el sistema judicial se enfrenta a múltiples desafíos. Entre ellos, la urgente necesidad de recursos para adaptarse a los cambios que implica la entrada en vigor del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares. Este cambio significa dejar atrás el modelo escrito tradicional para dar paso a procedimientos orales y a una justicia digital más ágil y moderna.
La reforma al Poder Judicial debe entenderse como una transformación profunda. No basta con cambiar la forma en que se eligen los jueces, es necesario repensar todo el sistema: cómo se organiza, cómo se imparte justicia y cómo se garantiza que sea accesible para todos. Es una oportunidad única para construir un modelo más justo, transparente y eficiente.
Justicia más humana y eficaz
Las oportunidades que ofrece esta reforma judicial en México no deben centrarse únicamente en los aspectos formales o electorales. Lo que realmente importa es lograr una justicia más eficaz, con procesos más rápidos, menos burocráticos y que consideren el lado humano de cada caso. Una justicia que no sea vista como un privilegio para unos pocos, sino como un derecho real para todas y todos.
Por ello, es fundamental fomentar la participación ciudadana, especialmente en entidades como Tlaxcala, donde el compromiso social puede marcar la diferencia. La elección de jueces y magistrados debe ser un proceso transparente, con criterios claros que valoren tanto el conocimiento jurídico como la vocación de servicio y el compromiso con los derechos humanos.

La ciudadanía como protagonista del cambio
Hoy más que nunca, la ciudadanía tiene la posibilidad de influir en la construcción de un sistema judicial más justo. El Poder Judicial reformado debe contar con personas preparadas, íntegras y comprometidas con el bienestar social. Este proceso no debe dejarse solo en manos de especialistas; es un deber y un derecho de todas y todos participar activamente.
Es genial que se hable de este tema, porque muchas veces se ignora lo que realmente importa. Sin embargo, creo que faltó más información sobre cómo se va a llevar a cabo todo. La gente necesita saber más detalles para poder entender mejor la situación.
Es genial ver que se están tomando medidas para mejorar la situación. Sin embargo, a veces siento que las promesas se quedan solo en palabras y no se concretan en acciones reales. Espero que esta vez sí se cumpla lo que se promete.
Es genial que se hable de este tema, porque es algo que nos afecta a todos. Sin embargo, a veces siento que se quedan cortos en las soluciones que proponen. Necesitamos más acción y menos palabras.