
La actriz Aislinn Derbez compartió recientemente una profunda reflexión acerca de la terapia y cómo esta herramienta de cuidado emocional puede representar un verdadero privilegio para muchas personas. Durante un episodio de su programa La magia del caos, en conversación con la periodista Eva María Beristain, Derbez expuso que el camino hacia la sanación y el autoconocimiento no está al alcance de todos por igual.
Desde su experiencia personal, la actriz abordó cómo la sociedad tiende a normalizar la idea de que “solo hay que echarle ganas” cuando alguien atraviesa una crisis emocional. Sin embargo, enfatizó que muchas veces se trata de un sistema que no facilita el acceso a recursos de salud mental, y que la terapia es apenas una parte visible de un conjunto más amplio de herramientas que requieren condiciones de vida estables.
Acceso limitado y desigualdad
Derbez puntualizó que el acceso a la terapia y al autoconocimiento depende, en buena medida, de contar con las necesidades básicas cubiertas. Dijo que cuando una persona está lidiando con inseguridad alimentaria, falta de vivienda o empleo precario, es lógico que no pueda centrarse en su bienestar emocional. “Si no tienes cubiertas tus necesidades básicas, lo último que vas a buscar es conocerte mejor”, afirmó.
La actriz puso en relieve que la terapia muchas veces queda relegada cuando se priorizan otras urgencias. Según ella, no se trata solo de voluntad o cambio de actitud, sino de la realidad material de las personas. Esa falta de recursos convierte el cuidado emocional en un lujo más que en un derecho. Esta perspectiva crítica añade un matiz importante al debate sobre la salud mental en comunidades vulnerables.
En ese sentido, Derbez también destacó la importancia de los espacios gratuitos y de bajo costo dedicados al bienestar emocional y psicológico. Señaló que plataformas de contenido abierto, podcast o programas que traten la salud mental pueden servir a quienes no tienen acceso a sesiones privadas de terapia. “Es muy importante que haya contenido gratuito para quienes no pueden comprar absolutamente nada”, dijo.
Un impulso hacia la transformación sistémica
La reflexión de Aislinn no solo visibiliza la desigualdad en el acceso a la terapia, sino que también invita a repensar cómo la sociedad organiza el apoyo a la salud mental. Es un llamado para que las políticas públicas, las empresas y las instituciones de salud incluyan la atención emocional como parte integral del bienestar, no solo como un extra.
Además, desde un enfoque constructivo, esta conversación abre la puerta para que organizaciones comunitarias, ONGs y gobiernos exploren —o fortalezcan— iniciativas de acceso gratuito o coste reducido a la terapia, integren formación en autoconocimiento desde edades tempranas, y desestigmaticen el acudir por ayuda psicológica. Esa labor requiere reconocimiento de la terapia como herramienta clave de salud pública.
es importante mencionar que, complementariamente a lo dicho por Derbez, diversas investigaciones demuestran que terapia psicológica y programas de prevención en salud mental generan beneficios tangibles en productividad, reducción de costes sanitarios y mejora de calidad de vida. Al considerar la terapia no como un lujo sino como inversión social, se puede articular una estrategia que beneficie a quienes hoy están al margen.





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