
Una redada migratoria en la reconocida granja de cannabis Glass House Farms, ubicada en el condado de Ventura, California, terminó en un enfrentamiento violento entre autoridades federales y activistas defensores de derechos migrantes. Los hechos ocurrieron el jueves 10 de julio, cuando agentes de inmigración irrumpieron en las instalaciones y usaron gas lacrimógeno y municiones para dispersar a los manifestantes que se congregaron en apoyo a los trabajadores detenidos.
Videos difundidos por la cuenta 805 Immigration Coalition muestran a varios agentes lanzando proyectiles hacia la multitud que protestaba cerca del invernadero. La organización denunció que el operativo fue disfrazado como redada contra el cannabis, pero en realidad tenía como objetivo a trabajadores migrantes, muchos de ellos con documentos legales. Se estima que alrededor de 500 personas se manifestaron pacíficamente hasta que fueron reprimidas.
Angelmarie Taylor, activista local, declaró que el operativo fue dirigido indiscriminadamente: “Nos notificaron que todas las personas que trabajaban allí estaban detenidas, fueran ciudadanos o no”. Taylor trabaja en la Coalición de Inmigración 805, que monitorea actividades migratorias en el estado. Señaló que hay preocupación por la criminalización de trabajadores agrícolas, muchos de los cuales han vivido en Estados Unidos por años y forman parte de la economía formal.

El empresario Marc Cohodes criticó duramente el operativo al señalar que Glass House Farms es “el mayor cultivador de cannabis del mundo” y que el gobierno federal está desperdiciando recursos en atacar a una empresa legal y altamente regulada. Además, denunció que al menos 14 personas resultaron heridas durante el enfrentamiento y fueron trasladadas a hospitales cercanos. Las imágenes de helicópteros mostraban a decenas de trabajadores sentados en el suelo, bajo vigilancia de los agentes.
El gobernador de California, Gavin Newsom, también expresó su inconformidad y compartió un video donde se ve a niños corriendo del lugar tras inhalar gas lacrimógeno, mientras sus madres eran arrestadas. “No es aceptable que los derechos humanos básicos sean violados bajo pretextos administrativos”, dijo. La escena generó indignación en redes sociales y presiones para revisar el actuar de las agencias federales involucradas.
La empresa Glass House Farms confirmó en un comunicado publicado en su cuenta de X que colaboró con los agentes durante la redada y que cumplió con las órdenes de cateo. Sin embargo, no ofreció más detalles. Organizaciones como Americans for Safe Access y CAUSE denunciaron que esta redada se suma a una serie de operativos recientes en zonas agrícolas y suburbanas. Según Lucas Zucker, de CAUSE, desde junio se ha intensificado la persecución en lugares de trabajo, a pesar de las protestas comunitarias.
Aunque la redada fue presentada como un operativo rutinario, llama la atención que se haya realizado precisamente en una empresa del sector legal del cannabis, una industria que genera miles de empleos y que tributa fuertemente al estado. Este hecho plantea un debate sobre las verdaderas prioridades de las autoridades migratorias, que parecen centrar sus esfuerzos en sectores laborales vulnerables, en lugar de atacar estructuras delictivas reales. Además, el uso de gas lacrimógeno en contra de manifestantes pacíficos –incluyendo mujeres y niños– podría violar protocolos de derechos humanos, lo cual podría abrir la puerta a investigaciones por abuso de autoridad y uso excesivo de la fuerza.
