Entre el calor y el antojo, existen pocos planes mejores para el fin de semana que ir a unas de las tantas marisquerías de la CDMX a probar una colección de recetas, texturas y sabores diferentes que vienen de las entrañas del mar y son a la vez deliciosos y altamente nutritivos.
Aunque en la ciudad hay casi un restaurante especializado en mariscos por barrio, existen algunas joyas inadvertidas que podemos tomar en cuenta. Lugares donde el menú es un viaje a las costas mexicanas, su mar azul y esa brisa salada que se impregna en el rostro.

Y es que México es un país privilegiado. Su posición geográfica le permite estar rodeado de cuatro océanos diferentes. El pacífico, el Golfo de California, el Golfo de México y el Mar del Caribe. Esta cercanía al agua salada ha generado, desde épocas inmemorables, la creación de una gastronomía única en torno al mar.
Aquí cada pescado o marisco es una oda a la belleza infinita de nuestras playas y la cultura que se desborda por todos lados, no importa si estamos en un hotel cinco estrellas de Cabo de San Lucas o en una palapa desconocida de Guerrero donde no hay nada que hacer, más que mirar el horizonte y comerse unos camarones al ajillo.
La comida mexicana y el mar
La gastronomía de nuestro país está íntimamente ligada a los ingredientes del mar. Desde hace siglos, las múltiples regiones costeras, que abarcan buena parte del territorio, han creado una cultura en torno a las recetas con mariscos y han convertido cada platillo en una experiencia sensorial.

En casi todos la regiones hay algo distinto, un chile, un pez, una verdura. Entre las opciones hay Pulpo a la diabla o a la plancha, caldos rojos y verdes de Michoacán, aguachiles de Mazatlán, huachinango de Veracruz, tamales de camarón seco de Tabasco o ceviche fresco de Nayarit.

Vale la pena destacar que en muchos casos las recetas son una herencia directa de los pueblos originarios y se han transmitido de generación en generación, de abuela a padre y de padre a hijo.
Es por eso que muchos platos se preparan en hojas de maguey o al vapor, tal como se hacía en la antigüedad.
Los mejores restaurantes de Mariscos en CDMX
Dicho todo lo anterior, aquí les dejamos algunos establecimientos dedicados a la preparación de mariscos. Sin duda, vale la pena recorrerlos todos y contrastar sabores y recetas. No hay mejor plan para los calores que se aproximan.
Campomar
Comida de Nayarit
Con recetas originarias de Ixtlán del Río, este establecimiento ofrece lo mejor de la cocina nayarita. Aquí se puede comer de todo, desde tostadas con atún fresco, ceviche, pizzas con mariscos, hasta el clásico pescado zarandeado.

El Culichilango
Sinaloa
Si se busca un lugar de barrio con tres pisos, música y muchos platillos, este es el restaurante perfecto. Pocas experiencias tan satisfactorias como sentarse en una mesa, pedir cerveza helada y uno de sus famosísimos aguachiles.

El Saladito
CDMX
Ubicado en el interior del Mercado de San Juan, este puesto es famoso por la frescura de los ingredientes y por ser la salvación de los que tienen resaca. Aunque todo es rico, hay que recomendar su clásica parrillada de mariscos con una gran variedad de productos del mar perfectamente cocinados a la plancha.

Barra California Sur
Baja California Sur
En el corazón de Santa María la Rivera podemos conocer y probar las delicias de la Baja. Los ingredientes son de alta calidad y las recetas llevan a los comensales a una playa en Todos los Santos. La especialidad de la casa son los ostiones al grill, tan espectaculares que casi se deshacen en la boca.

La Guerrerense
Baja California Norte
Directo de las entrañas de Ensenada, este proyecto empezó como un puestito al costado de la carretera. Las preparaciones y sazón eran tan únicos que pronto se corrió la voz y ahora tiene una sucursal en la Condesa. La joya del menú son sin duda sus tostadas y sus guisos sacados del recetario familiar.

Ostionería Mazatlán
Sinaloa
Desde hace poco más de 37 años “Mazatlán” se ha convertido en un verdadero clásico de Coyoacán. Todos los platillos que se ofrecen en este restaurante de dos pisos con decoración clásica de la costa mexicana, son una pequeña obra de arte.

Camarones grandes, arroz cremoso y un chile relleno de mariscos y queso que vale la pena probar al menos una vez en la vida.