Se nos va el 2024, que en diversos sentidos, ha significado algo más para Café Tacvba. Hubo nueva música de por medio, sí, pero también se celebran dos aniversarios que reafirman su legado: sus 35 años como banda y los 30 años de Re, disco que los convirtió en uno de los grupos de rock más importantes de Latinoamérica.
Hablar de más de tres décadas de historia parece increíble, ¿no creen? De alguna forma, se siente hasta irreal, pero a Rubén Albarrán se le ve contento, relajado mientras nos encontramos hace unos días en el backstage del Teatro Metropólitan, esto antes de que suba al escenario como invitado del chileno Gepe.
Y este es el momento ideal para recordar, tanto con nostalgia y alegría, aquellos días en que la banda arrancaba ese recorrido que los convertiría en iconos de la música en nuestro país hace más de 30 años.
“Bueno, era una época en la que las personas tal vez estaban como más divididas en cuanto a los gustos musicales. Entonces, pues lo más clásico que a nosotros nos tocó vivir era que nosotros éramos rockeros y era un poco mal visto que a un rockero le gustara la cumbia o la salsa“, nos dice Rubén Albarrán recordando los 90.
Café Tacvba apareció en medio de una época donde el rock en México (y Latinoamérica claro) empezaba a tomar fuerza, esto tras varios años de haber permanecido casi en las sombras.
Y ellos, quizá sin pretenderlo o sin saber hasta dónde llegarían, entregaban canciones donde exponían la multiculturalidad mexicana, desde los estilos folclóricos hasta los diferentes sonidos que se apreciaban en el día a día de la capital. El disco Re es todo eso y más… y aquí, recordamos con Rubén ese extraordinario material, uno de los más emblemáticos del rock mexicano.
El disco ‘Re’ de Café Tacvba: La historia contada por Rubén Albarrán
Sopitas.com: En alguna semblanza, decías algo muy importante sobre México como un país multicultural. Y me parece que Re es el disco que definitivamente lleva esa característica a la música. ¿Recuerdas cómo fue el proceso de decidir el sonido de ‘Re’?
Rubén Albarrán: “Cuando entré a la universidad, nos conocimos Joselo (Rangel) y yo, empezamos a estudiar carreras relacionadas al Diseño y teníamos un tronco común. Nos enseñaron algo que se llamaba marco teórico, que aplicamos a la música, y tenía que ver con el hecho de que los maestros nos decían: ‘bueno, ustedes van a diseñar para un público y tienen que conocer a ese público deben tener una cultura vasta acerca de la cultura para la cual están diseñando’…
“Estábamos conceptualizando la música. Joselo y yo pasamos un año entrando muy poco a clases y solo escuchando música y descubriendo las discotecas de nuestros padres, sus colecciones de discos. Ahí nos dimos cuenta de que pues tenían todo tipo de música… Entonces de esa forma las colecciones de los discos de nuestros padres pues tenían igualmente son jarocho y tenían música norteña y tenían música tropical, pero igual tenían bossa-nova y tal vez tenían algún disco de los Beatles o de los Rolling Stones.
Rubén Albarrán: “También vimos un poco la sociedad en la que nos movíamos y decíamos claro eso sucede todos los días. O sea te subes al camión y el camionero tal vez está escuchando cumbia, o te bajas y en un puesto de periódicos tal vez el que lo vende está escuchando heavy metal… Y entonces pues era ese universo sonoro en el que estábamos viviendo.
“Antes de Café Tacuba, tuvimos mejor dicho otro grupo que se llamaba Alicia Ya No Vive Aquí. En ese grupo queríamos tocar como The Cure y como Love and Rockets; queríamos tener un sonido más prototípico digamos, más estandarizado y pues obviamente inglés o norteamericano. Hicimos ese grupo pero pues no sonaba bien, porque los recursos que teníamos no nos alcanzaban para ese sonido…
“Entonces dijimos: ‘hagamos lo que tenemos que hacer con los recursos que tenemos a la mano’. Y lo que tenemos a la mano eran una guitarra acústica, un contrabajo, una melódica que es el instrumento que se enseñaba en las secundarias oficiales… y con eso podemos experimentar mucho y podemos jugar con las diferentes influencias de las músicas tradicionales, músicas como tal vez que no requerían de tantos recursos técnicos”.
En el siguiente video, te contamos la historia más a fondo del significado de la palabra ‘Re’, la cual la banda vinculaba al hecho de que era su segundo disco, es la segunda nota de la escala musical y más…
La curiosa historia detrás de “El borrego” y un Lollapalooza muy curioso
Sopitas.com: Dentro de ‘Re’, hay canciones con temáticas diferentes y una de la que creemos que no se habla mucho es la de “El borrego”, que incluso tiene influencias del punk y le heavy metal… ¿Cuál es la historia detrás de esa canción?
Rubén Albarrán: “En cuanto al sonido, yo quería recordar cuando participamos en el primer festival de Lollapalooza, por ahí de 1991 o 1992. Fue muy gracioso porque literalmente nosotros abrimos el festival y nos dijeron: ‘ustedes comienzan a las 12’. Entonces, pues al 10 para las 12 nosotros ya estábamos sobre el escenario, esperando que nos dieran el banderazo, pero de igual forma a las 12 abrieron las puertas al festival para que entrara la gente.
“Era un predio gigante, y de las puertas a donde estaban los escenarios, pues eran como 15 minutos caminando. Entonces, no nos vio absolutamente nadie más que nuestro manager, un par de amigos y algunos mexicanos que eran de limpieza y de mantenimiento, no nos vio nadie. Pero en ese festival Lollapalooza participaron, por ejemplo, los Red Hot Chili Peppers, Soundgarden y participó Ministry, que tuvo una presentación maravillosa porque salieron a tocar como con siete o nueve guitarristas… Era un sonido así que a todos los que estábamos ahí así el cabello literal se nos iba para atrás. En cuanto a sonido, para ‘El borrego’, nos dejó marcados escuchar a Ministry en vivo.
Rubén Albarrán: “[Sobre la temática de la canción] hubo una ocasión en que un muchacho se le acercó a Meme y le dijo algo muy similar a lo que dice la canción. Era un chavo que decía: ‘no, yo soy neonazi, soy punk y soy ecologista…’ y, o sea, era todo ese chico. Entonces, un poco haciendo referencia a esa situación, Meme compuso esa canción. Y pues sí, es muy gracioso que también era otra cara de esa multiculturalidad malentendida, que proviene como desde la ignorancia tal vez, pero bueno”.
El trabajo con Gustavo Santaolalla
Sopitas.com: Además, Re de Café Tacvba tiene como productor a Gustavo Santaolalla, que es igual un icono totalmente de la música latinoamericana. Él estuvo en el primer disco también… ¿Qué se le aprendió a Gustavo Santaolalla en ese proceso entre un disco y otro?
Rubén Albarrán: “Nosotros veíamos lejano grabar un disco. Entonces, sí le aprendimos todo a Gustavo y ha sido un gran maestro. Nos enseñó de todo, desde el estudio, de las herramientas, desde lo más profundo de la música, de la estructura de las canciones, de los sonidos, de los instrumentos. Fue algo muy afortunado trabajar con Gustavo, porque él en aquella época producía discos, pero también trabajaba haciendo jingles en Estados Unidos.
“Él, aún siendo argentino, ya había tenido contacto con muchos otros tipos de música. Claro, él en su juventud, tuvo a su grupo Arcoíris y llegando a Estados Unidos, también desarrolló proyectos musicales, pero ese detalle de ser ecléctico creo que proviene de ese, de ese otro lado en el que él se desarrolló”.
La nostalgia de los primeros días
Sopitas.com: ¿Qué extrañas de los primeros días de cuando empezaba Café Tacvba ¿O de esos días del primer disco, de Re y los 90 en general?
Rubén Albarrán: “Tal vez las personas que vivimos aquella época somos muy nostálgicos y podríamos estar como muy apegados a lo que vivimos, a lo que experimentamos. Claro que ahora hay cosas muy valiosas e interesantes, pero en esa época vivíamos cosas muy hermosas. Una de ellas es el misterio. Había mucho misterio alrededor de la música.
“En aquella época tal vez renegábamos de ello, pero ahora lo valoro mucho. ¿Qué es el misterio? Venían reportajes en revistas y te hablaba, no sé, de los Sex Pistols, veías una foto de ellos y decías: ‘no mames, wey, guau, ¿qué tocan, wey? ¿Cómo tocan?’.
“De igual forma, comprar un disco, pues había que ahorrar. Llegaba el disco un año después, ahorrabas, te comprabas otro disco y lo abrías y olías… era delicioso. Era un olor que, entonces, lo valorabas mucho. Y ese disco te tenía que durar tal vez tres meses en lo que volvías a juntar para comprar otro disco. Y bueno, los discos se los prestabas a un amigo y lo grababas con una grabadora.
“Era un misterio alrededor de la música que era muy hermoso. Me encantan los misterios de esa época y experimentar ese misterio”.