
4 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Giovanni Vicente Mosquera Serrano, un venezolano de 37 años, se ha convertido en el primer líder del Tren de Aragua (TdA) en ser incluido en la prestigiosa lista de los 10 fugitivos más buscados del Buró Federal de Investigaciones (FBI). La agencia estadounidense, que ha calificado al TdA como un «grupo terrorista» extranjero, elevó la recompensa ofrecida por su captura a una cifra millonaria: US$5 millones. Este aumento, desde los $3 millones iniciales, subraya la alta prioridad que Estados Unidos le ha dado a la persecución de esta organización criminal originada en Venezuela. Mosquera Serrano es considerado un «líder de alto rango» que dirige las operaciones globales de tráfico de drogas, trata de personas y tráfico de armas del Tren de Aragua.
Recompensa Millonaria y Designación Terrorista
La inclusión de Mosquera Serrano en la lista de los más buscados y el aumento de la recompensa se producen en medio de una creciente presión y una ofensiva militar ordenada por el gobierno de Donald Trump contra el TdA. El presidente Trump ha señalado a la banda por «inundar» a Estados Unidos con drogas y criminalidad, lo que ha justificado una serie de ataques a embarcaciones en el Caribe. Esta agresividad en la persecución refleja la designación formal del Tren de Aragua como «organización terrorista extranjera» por parte de Washington. Según las autoridades, el TdA opera actualmente en toda América Latina y se ha extendido hasta Estados Unidos, lo que justifica la agresiva respuesta federal del FBI y del Departamento de Estado.
El Departamento de Estado ha identificado a Mosquera Serrano, también conocido por los alias «Govanni San Vicente» o «El Viejo», como el líder que dirige las operaciones globales de tráfico de drogas y las financieras de la banda. Las autoridades estadounidenses lo acusan de haber enviado miembros del Tren de Aragua a Estados Unidos para llevar a cabo delitos violentos, tráfico de armas, trata de personas y, por supuesto, tráfico de drogas. Específicamente, en junio se presentaron cargos contra él en un tribunal federal de Texas por «proporcionar apoyo material a una organización terrorista extranjera» y por «conspiración y distribución de cocaína» destinada al país. Previamente, se sabía que era un cómplice de Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias «Niño Guerrero», otro de los máximos líderes de la organización criminal.
El Alcance Global del Tren de Aragua
La designación de Mosquera Serrano como uno de los diez fugitivos más buscados «realmente pone de relieve al TdA» y muestra la agresividad del FBI para perseguir a sus líderes, según declaró Christopher Soyez, agente especial adjunto del FBI en Houston. El Tren de Aragua ha pasado de ser una banda carcelaria venezolana a una red criminal transnacional con presencia confirmada en varios países de la región, como Colombia, Perú, Chile y, según las autoridades estadounidenses, en Estados Unidos. La investigación del FBI sugiere que Mosquera Serrano podría estar oculto en Venezuela o Colombia, y debido a su posición de liderazgo y las operaciones que dirige, se le considera armado y peligroso, lo que hace que la recompensa de $5 millones esté abierta a denuncias provenientes tanto de EE. UU. como de otros países.

El Tren de Aragua (TdA) tiene su origen en el Centro Penitenciario de Aragua, conocido como la cárcel de Tocorón, en Venezuela. A diferencia de los cárteles tradicionales de drogas, el TdA comenzó como una banda carcelaria que controlaba actividades ilícitas dentro de la prisión. Con el tiempo, sus líderes, como el mencionado «Niño Guerrero», lograron extender su control a las afueras, explotando la crisis migratoria venezolana. El TdA se distingue por utilizar la migración para expandir su red criminal a lo largo de América del Sur y hasta Estados Unidos, estableciendo células que se dedican principalmente a la extorsión, la trata de personas, el secuestro y el microtráfico. Esta capacidad de adaptación y expansión a través de las rutas migratorias es lo que ha llevado al FBI a catalogarlo como una amenaza de alto rango, no solo por el tráfico de drogas, sino por la criminalidad violenta asociada a su presencia internacional.







