
30 MAYO 2025- El #reclutamientoinfantil por parte de los cárteles mexicanos se ha convertido en una práctica común que cada vez alcanza a menores más jóvenes. Los llamados «pollitos de colores», #niños y #adolescentes que son utilizados como espías, sicarios o incluso escudos humanos, representan una nueva generación atrapada por el #crimenorganizado. Sol, una joven que fue adicta a la metanfetamina desde los nueve años y cometió su primer asesinato a los 12, es un ejemplo de esta cruda realidad.
Estos niños son captados por cárteles aprovechando su pobreza, abandono y necesidad de afecto. Empiezan como «halcones», informando sobre movimientos policiacos, y terminan ejecutando crímenes atroces. La protección legal que otorga su edad también los hace atractivos para estos grupos, pues saben que recibirán penas menores en caso de ser detenidos. Sol, por ejemplo, solo fue acusada de secuestro agravado, cumpliendo tres años y medio en un centro juvenil.

El término «pollitos de colores» hace referencia a los pollitos pintados que solían venderse en ferias: coloridos, baratos y con corta vida. De igual forma, estos menores son usados y descartados. Expertos en seguridad coinciden en que su lealtad, sumisión y capacidad de ser moldeados los hacen “ideales” para las operaciones criminales. En muchos casos, los propios familiares son quienes los reclutan, como ocurrió con Isabel, quien fue manipulada por su tío y pareja desde los 14 años.
La situación revela el profundo arraigo cultural del crimen organizado en México. A pesar de que la presidencia, el DIF nacional y la Secretaría de Gobernación han sido señalados como responsables de abordar el problema, hasta ahora no han ofrecido respuestas claras ni programas efectivos para evitar el reclutamiento de menores. En redes sociales como TikTok y Facebook, muchos jóvenes exhiben su participación en cárteles, normalizando la violencia.

Datos oficiales indican que hasta 30,000 niños ya están dentro de grupos delictivos, y otros 200,000 son considerados vulnerables al reclutamiento. Informes recientes revelan que incluso menores de seis años han sido integrados a estas organizaciones, siendo seducidos a través de videojuegos y redes sociales con chats integrados. El gobierno ha propuesto sancionar la glorificación del crimen en medios, pero las políticas aún no muestran resultados.