
El secuestro virtual es una forma de extorsión telefónica que ha ido en aumento en México y que, aunque no implica contacto físico ni retención real, provoca un daño emocional profundo en las víctimas. La modalidad consiste en una llamada desde un número desconocido, a menudo con lada extranjera, en la que una voz desesperada simula ser un familiar o amigo secuestrado. En pocos segundos, el extorsionador logra manipular emocionalmente a la persona, exigiendo dinero a cambio de la supuesta liberación del ser querido.
La psicóloga forense Laura Méndez explica que “el vínculo emocional es el blanco principal del extorsionador. La víctima entra en estado de pánico y actúa sin razonar”, lo que lleva a muchas personas a hacer depósitos sin confirmar la veracidad de la amenaza. Los delincuentes pueden operar desde centros penitenciarios o incluso desde el extranjero, usando datos básicos y sonidos para mantener a la víctima psicológicamente retenida por horas, impidiéndole colgar o comunicarse con su familia.
¿Cómo evitar caer en un secuestro virtual?
Las autoridades han emitido varias recomendaciones para prevenir esta modalidad de extorsión. Entre ellas, mantener la calma ante amenazas telefónicas y evitar compartir información personal en redes sociales o por teléfono. También aconsejan no contestar llamadas de números desconocidos o con lada internacional y verificar inmediatamente la seguridad de sus familiares al recibir una amenaza.
Es fundamental denunciar cualquier intento de extorsión llamando al 089 o al 911, donde la llamada es anónima y puede ayudar a evitar que otras personas sean víctimas. Además, no se deben hacer depósitos o transferencias ante amenazas telefónicas sin confirmar la situación. Otra medida preventiva es configurar la privacidad de las redes sociales, evitar publicar la ubicación y hablar del tema en casa, estableciendo una palabra clave familiar para emergencias.
Como valor agregado, expertos en seguridad recomiendan que toda la familia esté informada sobre este tipo de delitos y practique simulacros para reaccionar con calma. La educación y la comunicación son claves para no caer en el pánico y poder actuar con cabeza fría ante una llamada sospechosa.