
WASHINGTON.- El Gobierno de Estados Unidos instó el miércoles a las autoridades turcas a “respetar los derechos humanos” tras la detención del socialdemócrata Ekrem Imamoglu, alcalde de Estambul y quien podría ser el más probable rival del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, aunque insistió a su vez de que se trata de un tema de política interna del país euroasiático.
“Animaríamos a Turquía a respetar los derechos humanos para gestionar adecuadamente su propio marco interno”, explicó la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, al ser preguntada por el arresto de Imamoglu y la condena que ha acarreado por parte de todos los partidos de la oposición y parte de la ciudadanía turca.
“A su vez, no vamos a hacer comentarios sobre la toma de decisiones internas de otro país, excepto para recordarles que esperamos que se comporten de forma respetuosa con los derechos de todos sus ciudadanos”, apostilló a su vez Bruce.
Imamoglu, del partido socialdemocráta CHP, fue detenido este miércoles por presuntos vínculos terroristas y corrupción junto a más de un centenar de colaboradores y cargos de su formación, una acción que Bruselas ha calificado de “profundamente preocupante” y que el Ministerio de Asuntos Exteriores alemán tildó de “duro golpe contra la democracia” en Turquía.
El socialdemócrata ganó la alcaldía de Estambul en las elecciones de 2019, poniendo fin a un cuarto de siglo de gobierno municipal islamista, y renovó el mandato en los comicios de marzo del año pasado, convirtiéndose en el más probable rival del presidente islamista de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en las próximas presidenciales.
El Gobierno turco rechaza protestas contra arresto de Imamoglu
El ministro de Justicia de Turquía, Yilmaz Tunç, rechazó este miércoles las protestas de la oposición contra la detención del alcalde de Estambul, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, subrayando que la Judicatura turca es “independiente” y “no recibe órdenes de nadie”.
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— Eduardo Menoni (@eduardomenoni) March 20, 2025
“La investigación se lleva a cabo con gran diligencia. La autoridad judicial reside en los tribunales independientes e imparciales y todos son iguales ante la ley”, dijo Tunç ante la prensa en Ankara.
“En nuestro país, la separación de poderes -legislativo, ejecutivo y judicial- un principio fundamental. El poder judicial no recibe órdenes de nadie”, agregó el ministro turco.
El regidor socialdemócrata, considerado el principal rival del presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, en las próximas elecciones, previstas para 2028, se encuentra en comisaría donde declara por dos causas, una por supuestos vínculos con grupos terroristas y la otra, por presuntos actos de corrupción y sobornos.
Todos los partidos de la oposición, tanto en la derecha como en la izquierda del arco parlamentario, calificaron este miércoles el arresto del alcalde como un “intento de golpe de Estado civil”, diseñado para eliminar a un rival de Erdogan.
El CHP, el partido al que pertenece el alcalde, segundo del Parlamento, convocó protestas en las calles, pese a la prohibición de manifestaciones y marchas decretada hoy por el Ministerio del Interior en Estambul.
“Es extremadamente peligroso e incorrecto distorsionar las investigaciones que conduce una Judicatura independiente y tildarlas de ‘golpe’. Es inaceptable convocar protestas callejeras y difundir información sesgada”, insistió Tunç.
Es preocupante ver cómo se arresta a un alcalde que tiene tanto apoyo popular. Esto no solo afecta a la democracia en Turquía, sino que también envía un mal mensaje sobre el respeto a los derechos humanos. La gente tiene derecho a elegir a sus líderes sin miedo a represalias.
Es triste ver cómo en algunos lugares la política se convierte en un juego sucio. La detención de un alcalde que podría ser una alternativa real para el país solo genera más desconfianza entre la gente. Es fundamental que se respeten los derechos de todos, y no solo de los que están en el poder. La democracia debería ser para todos, no solo para unos pocos.
Es preocupante ver cómo se están manejando las cosas en Turquía. La detención de un alcalde que tiene tanto apoyo y que podría ser un fuerte competidor en las elecciones es un claro signo de que la democracia está en peligro. La reacción de la comunidad internacional, como la de Estados Unidos, es importante, pero al final, son los ciudadanos turcos los que deben alzar la voz y defender sus derechos. No se puede permitir que el miedo y la represión se impongan sobre la voluntad del pueblo.