BRUSELAS (EFE).— Varias delegaciones europeas de agricultores organizaron ayer en Bruselas una concentración para denunciar la situación laboral de los granjeros y reclamar a la Unión Europea (UE) una retribución justa en la industria láctea, de forma paralela al Consejo de ministros de Agricultura y Pesca que se realizó en la capital belga.
Bajo el eslogan “¡Ingresos justos para los agricultores, AHORA!”, granjeros y organizaciones que representan a los productores de leche europeos acudieron a las puertas de la Eurocámara con grandes estatuas en forma de vaca pintadas con sus colores nacionales.
La protesta fue organizada por la Junta Europea de la Leche (EMB, por sus siglas en inglés) —asociación que representa a unos 100,000 productores de leche de más de 15 países europeos— con el objetivo de presionar a los líderes comunitarios a diez días del inicio de las elecciones europeas y en vísperas del Día Mundial de la Leche este 1 de junio.
El presidente de la EMB, Kjartan Poulsen, destacó que la intención de la concentración de ayer era celebrar una protesta “amistosa”, en comparación con los altercados que han tenido lugar en otras manifestaciones del sector lácteo, y demostrar a los políticos “que tienen que reaccionar ahora”
Poulsen señaló que los agricultores no están contra el Pacto Verde, pero destacó que las demandas al sector están sucediendo demasiado rápido, por lo que la industria no puede adaptarse.
“Nosotros no tenemos los medios financieros para realizar esa transición, así que el dinero tiene que venir del mercado para pagarnos y hacerlo”, destacó.
En la misma línea, una de las asistentes a la concentración Tanja van Poecke granjera quien dirige un negocio familiar en Laarne, Flandes, dijo que la situación es muy complicada, en especial para los jóvenes.
“Es difícil mantener una mentalidad positiva para seguir trabajando, porque cuando lo haces siete días a la semana mañana, tarde y noche y al final de mes ves que no te queda dinero es muy duro”, resaltó.
Así, desde la EMB destacaron que la producción alimentaria europea se debilita peligrosamente y que los agricultores de toda Europa abandonan sus campos y graneros, una situación que sería permanente.
Ante esto, la organización propuso varias medidas, entre las que se incluyen una regulación europea que prohíba los precios que no cubran los costes de producción, unos instrumentos de crisis adecuados dentro del sistema agrario de la UE y la participación real de los productores en el diseño y la aplicación del Pacto Verde, incluida la creación de las herramientas adecuadas.
Además, pidieron cláusulas espejo que garanticen que los alimentos y piensos importados cumplan los requisitos comunitarios, así como promover y ampliar el proyecto de precios justos para el sector lácteo comunitario.
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