
La Secretaría de Ecología y Medio Ambiente (SEMA) de Quintana Roo ha solicitado formalmente a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que retome de manera urgente las labores de inspección y vigilancia en el Estero de Chac, ubicado en Othón P. Blanco. Esta solicitud surge ante las continuas denuncias ciudadanas que reportan daño ambiental persistente y la reanudación intermitente de construcciones ilegales en la zona.
La preocupación es doble, ya que además del daño ambiental, los vecinos han reportado la presunta violación de sellos de clausura. Óscar Rébora Aguilera, titular de SEMA, aseguró que será la Profepa, en coordinación con la Procuraduría de Protección al Ambiente estatal, la que reforzará la vigilancia e inspeccionará este delito.
Remoción de Sellos: Un Delito Penal en el Estero de Chac
El titular de SEMA explicó que ya se ha notificado a la Profepa sobre las denuncias que indican que los sellos de clausura previamente colocados en el Estero de Chac fueron removidos. La importancia de este hecho radica en que el retiro de sellos en obras clausuradas no es solo una falta administrativa, sino un delito penal, lo que implica consecuencias legales mayores para los responsables.

«Efectivamente, ya se le comentó a la Profepa, que nos hicieron esa denuncia de que se habían retirado sellos en el Estero de Chac,» explicó Rébora Aguilera. Subrayó que la fractura de los sellos es un delito que llevará su proceso legal correspondiente. Esta situación es grave, dado que las obras clausuradas originalmente carecían de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA).
El Riesgo Persistente por Obras sin MIA en el Estero de Chac
En un comunicado previo, el 31 de julio de 2025, la Profepa había informado sobre la clausura total temporal de estas obras. Las ilegalidades incluían la construcción no autorizada de palapas, cabañas, baños y un muelle, además del relleno de humedales, que son ecosistemas esenciales para la salud costera y la vida silvestre.
La preocupación de las autoridades ambientales se centra en que las construcciones que persisten en el Estero de Chac son obras que, en primera instancia, no contaban con la crucial Manifestación de Impacto Ambiental (MIA). La falta de este documento pone en riesgo un ecosistema frágil, pues son proyectos que no han demostrado su viabilidad ambiental.










