
CIUDAD DEL VATICANO.- El nuevo Papa, el estadounidense, pero también con nacionalidad peruana, Robert Prevost, que eligió el nombre de León XIV, pronunció su primer discurso desde el balcón de la basílica de San Pedro tras haber sido proclamado al mundo y llamó a la paz y a una Iglesia abierta a todos, sobre todo a los que sufren.
Fue un discurso escrito, a diferencia de sus predecesores, y en el que también habló en español.
“Queridas hermanas y hermanos. Este es el primer saludo de Cristo resucitado, el buen pastor que dio su vida por el rebaño de Dios. Yo también quisiera que este saludo de paz entrara en vuestros corazones y llegase a sus familias a todas las personas en todas partes a todos los pueblos a toda la tierra, La paz sea con ustedes“, comenzó su discurso.
El primer discurso de León XIV como papa recordando a Francisco y que termina rezando el Ave María. pic.twitter.com/1YYU7faGIo
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“Una paz desarmante, humilde y perseverante viene de Dios. Dios que nos ama a todos e incondicionalmente. Aún mantenemos en nuestros oídos esa voz débil, pero siempre valiente, del papa Francisco bendiciendo en Roma. En esa misma bendición Dios nos ama. Dios nos ama a todos y el mal no va a prevalecer“, comenzó su discurso en el que se le notaba emocionado.
“Gracias, papa Francisco“, dijo Prevost, quien fue muy cercano al papa argentino y que es considerado un reformador y progresista como él.
León XIV pidió entonces “construir puentes con el diálogo con el encuentro, llevándonos a todos a ser un solo pueblo siempre en paz”.
Y a los cardenales, que le eligieron en la cuarta votación, también les instó a: “caminar junto a ustedes como una Iglesia unida, buscando siempre la paz y la justicia buscando siempre trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo a anunciar el Evangelio, a ser misioneros”.
“Debemos buscar juntos ser una iglesia misionera, una iglesia que construye puentes y el diálogo siempre abiertos a recibir a todos, a todos aquellos que necesitan nuestra caridad nuestra presencia“, añadió.
También pidió ser “una iglesia sinodal, una Iglesia que camina una iglesia que busca siempre la paz. Busca siempre estar cerca, especialmente de los que sufren tanto”.
Y dedicó unas palabras en español en su primera aparición al mundo como pontífice para recordar a su “querida” diócesis de Chiclayo, en Perú.
Robert Prevost se convierte en el primer papa estadounidense y peruano
El sucesor de Francisco adoptará el nombre de León XIV. En su primer discurso instó a la paz,y a una iglesia abierta para todos. Y saludó, en español, a su "querida diócesis de Chiclayo" en Perú, el país… pic.twitter.com/gjWCSdneEe
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“Y si me permiten también una palabra, un saludo… a todos aquellos, en modo particular, a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú“, proclamó el recién elegido pontífice desde el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano.
Un país, agregó, “donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto tanto para seguir siendo iglesia fiel de Jesucristo”.
Agustino estadounidense, Prevost ha trabajado en distintas misiones en Perú y en 2015 el papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo.
El nuevo papa quiso concluir con un Ave María para pedir a la Virgen “por toda la Iglesia por la paz en el mundo”.
Texto del primer discurso del papa León XIV
Esta es una traducción del primer mensaje a los fieles del papa León XIV, leído en la logia de las bendiciones de la basílica de San Pedro mayoritariamente en italiano pero con una parte en español, dado su paso por Perú, de donde tiene la ciudadanía.
¡La paz esté con todos ustedes! Queridísimos hermanos y hermanas, este es el primer saludo de Cristo Resucitado, el buen pastor que dio la vida por el rebaño de Dios. También yo quisiera que este saludo de paz entrara en su corazón, alcanzara a sus familias, a todas las personas, dondequiera que estén, a todos los pueblos, a toda la tierra. ¡La paz esté con ustedes!
Esta es la paz de Cristo Resucitado, una paz desarmada y una paz desarmante, humilde y perseverante. Proviene de Dios, Dios que nos ama a todos incondicionalmente. Aún conservamos en nuestros oídos esa voz débil pero siempre valiente del Papa Francisco que bendecía a Roma. ¡El Papa que bendecía a Roma daba su bendición al mundo, al mundo entero, aquella mañana del día de Pascua! Permítanme dar continuidad a esa misma bendición: ¡Dios nos quiere, Dios los ama a todos, y el mal no prevalecerá! ¡Estamos todos en las manos de Dios! Por lo tanto, sin miedo, unidos de la mano con Dios y entre nosotros, sigamos adelante. Somos discípulos de Cristo. Cristo va delante de nosotros. El mundo necesita su luz. La humanidad necesita de Él como el puente para ser alcanzada por Dios y su amor. Ayúdennos también ustedes, luego los unos a los otros, a construir puentes, con el diálogo, con el encuentro, uniéndonos todos para ser un solo pueblo siempre en paz. ¡Gracias al Papa Francisco!
Quiero agradecer también a todos los hermanos cardenales que me han elegido para ser Sucesor de Pedro y caminar junto a ustedes, como una Iglesia unida, buscando siempre la paz, la justicia, tratando siempre de trabajar como hombres y mujeres fieles a Jesucristo, sin miedo, para proclamar el Evangelio, para ser misioneros. Soy hijo de San Agustín, agustino, que dijo: “Con ustedes soy cristiano y para ustedes obispo.” En este sentido, todos podemos caminar juntos hacia esa patria que Dios nos ha preparado.
¡A la Iglesia de Roma, un saludo especial! Debemos buscar juntos cómo ser una Iglesia misionera, una Iglesia que construye puentes, el diálogo, siempre abierta a acoger como esta plaza con los brazos abiertos. Todos, todos los que necesitan nuestra caridad, nuestra presencia, el diálogo y el amor.
(PARTE EN ESPAÑOL) Y si me permiten también, una palabra, un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en el Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto, tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo (FIN DE LA PARTE EN ESPAÑOL).
A todos ustedes, hermanos y hermanas de Roma, de Italia, de todo el mundo, queremos ser una Iglesia sinodal, una Iglesia que camina, una Iglesia que busca siempre la paz, que busca siempre la caridad, que busca siempre estar cerca especialmente de quienes sufren.Hoy es el día de la Súplica a la Virgen de Pompeya. Nuestra Madre María quiere siempre caminar con nosotros, estar cerca, ayudarnos con su intercesión y su amor.
Entonces, quisiera rezar con ustedes. Recemos juntos por esta nueva misión, por toda la Iglesia, por la paz en el mundo, y pidamos esta gracia especial a María, nuestra Madre.
Es genial que el nuevo Papa hable de paz y de una Iglesia abierta a todos. En tiempos tan difíciles, esos mensajes son muy necesarios. Sin embargo, espero que no se quede solo en palabras y que realmente se tomen acciones concretas para hacer esos cambios. La gente necesita ver resultados, no solo promesas.