18 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONALES. El mercado laboral y social de España enfrenta un desafío de gran magnitud: 9.1 millones de personas, lo que representa casi un tercio (30.5%) de quienes perciben ingresos regulares, viven con un sueldo inferior a los 12,000 euros anuales. Este umbral, conocido popularmente como «mileurismo», se ha convertido en una barrera inalcanzable para una porción masiva de la población, según un informe del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha). La cifra, revelada coincidiendo con el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, subraya una precariedad económica generalizada que persiste a pesar de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y afecta a trabajadores, pensionistas y, especialmente, a desempleados.

La Precariedad Afecta a Desempleados y Trabajadores por Igual
La situación es crítica entre los desempleados, donde casi el 95% (828,000 personas) que reciben alguna prestación no llegan al umbral de los 12,000 euros al año. Esta vulnerabilidad se extiende de manera significativa a otros grupos demográficos. Los pensionistas también se encuentran en una situación económica delicada, con el 36.9% de quienes solo perciben una pensión por debajo del mileurismo (3.2 millones de personas). Incluso entre quienes transicionan entre el desempleo y la jubilación, la precariedad se mantiene, con un 54.8% de aquellos que pasan de cobrar el paro a recibir una pensión que siguen sin alcanzar los mil euros al mes.
Los trabajadores asalariados permanentes, a pesar de su relativa estabilidad, tampoco se salvan de la precariedad laboral. Un preocupante 22.7% de este grupo, que se traduce en 3.8 millones de personas, percibe un sueldo por debajo de los 12,000 euros anuales. La cifra es aún peor para quienes combinaron periodos de empleo y paro, con un 39.7% (1.2 millones de personas) que no lograron alcanzar el sueldo mínimo considerado digno. Esto demuestra que la baja remuneración no es solo un problema del desempleo, sino que está profundamente arraigada en el modelo de empleo asalariado de España.
La desigualdad salarial se acentúa notablemente al analizar la distribución geográfica de los ingresos bajos. Cuatro grandes regiones —Andalucía, Cataluña, Comunidad de Madrid y Comunidad Valenciana— concentran en conjunto al 62.3% de la población no mileurista de España. En términos absolutos, Andalucía lidera con 2.1 millones de personas con bajos sueldos. Sin embargo, en términos relativos, Extremadura es la comunidad con la mayor proporción de su población en esta situación, con un 40.8%, seguida de Andalucía (38.5%) y Ceuta y Melilla (35.8%), dejando claro que la precariedad es más intensa en ciertas zonas geográficas.

Ante la magnitud del problema, Gestha ha hecho un llamado urgente para un Pacto de Estado contra la Pobreza. Los técnicos de Hacienda exigen políticas públicas contundentes destinadas a aumentar los salarios mínimos, fomentar la inclusión laboral y mejorar las pensiones. Además, insisten en la necesidad de una mejor redistribución del gasto social y de la carga tributaria para crear una red de protección más eficaz para los ciudadanos más vulnerables. La remuneración insuficiente de millones de personas plantea un serio debate sobre el modelo de crecimiento económico y el empleo en España.
Mientras el país discute las cifras macroeconómicas de prosperidad y crecimiento, la realidad de 9.1 millones de personas que viven con sueldos por debajo del mileurismo se erige como un recordatorio contundente de la desigualdad social. La urgencia de implementar medidas que busquen reducir esta brecha salarial y garantizar una calidad de vida digna para todos los ciudadanos es un desafío central. La precariedad laboral no solo afecta al consumo y al bienestar individual, sino que amenaza la cohesión social de España, haciendo necesaria una respuesta institucional inmediata y coordinada.
La Brecha de Género en la Precariedad Salarial