
En la madrugada del martes 9 de septiembre de 2025, las autoridades dominicanas respondieron a un llamado del padre de Wander Franco para acudir al domicilio del joven expelotero en Baní. Según la Policía Nacional, no se trató de un arresto, sino de una intervención con apoyo médico por una crisis de salud mental. Los agentes actuaron junto al equipo familiar y coordinados con profesionales de salud para trasladarlo a un centro médico privado en Santo Domingo.
En redes sociales, circuló la versión de que Franco había sido arrestado mientras realizaba una transmisión en vivo desde un hotel en Puerto Plata. No obstante, la Policía enfatizó que ello no ocurrió, ratificando que solo se brindó asistencia exigida por sus allegados durante un episodio delicado. Esta aclaración resulta clave para separar los hechos reales del sensacionalismo mediático que rápidamente se difundió en internet.
La intervención iniciada por el señor Wander Franco Sr. sugiere una preocupación legítima por el bienestar de su hijo, en lugar de motivaciones punitivas o judiciales. En un momento donde la salud mental empieza a recibir la atención que merece, es destacable que la familia y las autoridades hayan optado por una respuesta priorizando la atención médica sobre la penal.
Este episodio se ve marcado por el contraste entre percepción pública y versiones oficiales. La transmisión en vivo de Franco —con seguidores presentes— generó alarma y desinformación inmediata. El hecho demuestra la necesidad de manejar mejor la comunicación cuando figuras públicas atraviesan crisis personales, e invita a los medios y redes a actuar con responsabilidad y verificar antes de difundir.
Desde una visión crítica, resulta un momento oportuno para considerar cómo las instituciones deportivas como MLB podrían intervenir o brindar respaldo anímico y profesional a sus jugadores, especialmente cuando enfrentan presiones psicológicas o problemas de salud mental. Esto apunta a un vacío actual, ya que dichas organizaciones no suelen contar con protocolos visibles para estos casos.
Un complemento útil a esta nota es recordar el amplio contexto legal que rodea actualmente a Wander Franco. En junio de 2025, fue declarado culpable por abuso y explotación sexual de una menor, recibiendo una sentencia suspendida de dos años de prisión, además de condiciones específicas para evitar el encarcelamiento. Dicho precedente legal añade una capa adicional a la interpretación del incidente más reciente: se trata de un individuo con un historial juzgado, lo que obliga a las autoridades, la prensa y el público a ejercer una vigilancia prudente, evitando conclusiones precipitadas pero reconociendo la complejidad del caso.