
14 DE JULIO-Perú ha sorprendido con el anuncio de un proyecto que podría cambiar radicalmente el rostro de su costa: la construcción de una península artificial en el mar del Callao, con un presupuesto estimado de 767 millones de dólares. La obra, impulsada por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), ha sido catalogada por las propias autoridades como “el Dubái peruano”, no solo por su diseño moderno, sino también por su apuesta tecnológica y urbanística.
La infraestructura cubrirá alrededor de 200 hectáreas sobre el mar e incluirá playas públicas, zonas recreativas, áreas verdes y proyectos inmobiliarios. La iniciativa, liderada por la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (ProInversión), busca reconvertir por completo la fachada marítima de la capital, convirtiendo a Callao en un referente turístico, logístico y residencial a nivel internacional.
El proyecto se extendería por tres zonas claves del litoral limeño: La Perla, Callao Cercado y La Punta, elegidas estratégicamente por su salida directa al Pacífico y el potencial que ofrece su ubicación. Según explicó Mario Hernández, director de Proyectos Especiales en ProInversión, la obra será “disruptiva, moderna y tecnológica”, con estándares comparables a los de Dubái en términos de ingeniería y urbanismo.

Uno de los elementos más destacados es que se trata de una península flotante, algo pocas veces visto en América Latina. Hernández destacó que la tecnología empleada será similar a la que se utiliza en desarrollos costeros del Medio Oriente. Aseguró que se prevé contar con un inversionista privado antes de que finalice el año, con el objetivo de iniciar las obras y completarlas en un periodo estimado de tres a cuatro años.
Expertos en urbanismo y sostenibilidad han señalado que el proyecto podría incluir infraestructura verde, como paneles solares y sistemas de tratamiento de agua de mar, lo cual haría de este “Dubái peruano” no solo un avance arquitectónico, sino también un ejemplo en eficiencia energética. Sin embargo, organizaciones civiles ya advierten que debe evaluarse el impacto ambiental sobre la biodiversidad marina y costera de la zona.
A nivel regional, este tipo de iniciativas colocan a Perú como un posible pionero en desarrollo urbano marítimo, algo que pocos países de Latinoamérica han explorado. El reto ahora será equilibrar la inversión, el desarrollo económico y la preservación del ecosistema, mientras se mantiene la promesa de construir una ciudad que aspire a compararse con uno de los íconos urbanos del mundo: Dubái.
