
30 de Diciembre del 2025.- El presidente de Paraguay, Santiago Peña, ha manifestado su profunda preocupación por la situación actual en el continente americano. En una reciente rueda de prensa, el mandatario hizo un llamado urgente para encontrar una salida no violenta al conflicto que mantiene Estados Unidos con el gobierno venezolano. Peña enfatizó que la posibilidad de una incursión militar en territorio suramericano es un escenario que desea evitar a toda costa, pues traería consecuencias graves para la estabilidad de toda la región.
A pesar de haber autorizado recientemente un acuerdo de cooperación militar con Washington, el presidente paraguayo analizó la estrategia estadounidense con ojo crítico. Según Peña, la potencia del norte parece estar reviviendo la antigua Doctrina Monroe con el objetivo de asegurar su área de influencia en el hemisferio. Esta perspectiva sugiere que la búsqueda de una resolución sin armas se vuelve cada vez más difícil frente al despliegue de la mayor flota naval que Estados Unidos haya enviado a la zona en décadas.
El asedio militar y económico en el Caribe
La situación ha escalado significativamente en los últimos meses debido a las acciones directas de las fuerzas estadounidenses contra bienes venezolanos. Caracas ha denunciado la incautación de buques cargados de petróleo, actos que han calificado como piratería y robo descarado. Aunque inicialmente Washington justificó su presencia militar como una lucha contra el narcotráfico, el discurso ha cambiado hacia el control de los recursos energéticos, alejando la posibilidad de un acuerdo diplomático entre ambas naciones.
Este despliegue militar no solo ha afectado la economía, sino que también ha tenido un costo humano lamentable y muy alto. Se reporta que más de 100 personas han perdido la vida en bombardeos contra pequeñas embarcaciones en aguas internacionales, sin que se haya probado su relación con delitos graves. Ante este panorama, la comunidad internacional mira con escepticismo las maniobras de control, mientras los líderes regionales insisten en que una vía de diálogo es la única forma de evitar una tragedia mayor en suelo americano.
El respaldo internacional y la denuncia ante la ONU
Venezuela ha llevado sus quejas ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde ha recibido el apoyo de diversas potencias y países vecinos. Representantes de Rusia y China han advertido que estas acciones podrían sentar un precedente peligroso para otras naciones de la zona. Mientras tanto, países como Brasil, México y Colombia también se han sumado a las voces que exigen respeto al derecho internacional y prefieren una mediación política antes que cualquier intervención de fuerza que rompa la soberanía.






