Bad Bunny inauguró su residencia musical en el Coliseo de Puerto Rico (Choliseo) el 11 de julio de 2025, con una serie de 30 conciertos hasta el 14 de septiembre que quedó oficialmente sin entradas en apenas cuatro horas tras vender 400,000 boletos.
Las primeras 9 funciones fueron exclusivas para residentes puertorriqueños (requiriendo códigos QR en puntos físicos de venta) y a partir del 1 de agosto se abrieron al público internacional, incluyendo paquetes VIP con hotel.
Escenario magistral: un montaje inspirado en una casita puertorriqueña rural, rodeada de simbolismo jíbaro – sillas monobloque, guayuco, árbol de flamboyán, gallinas, y proyecciones de “colonialismo, apagones y cultura negligida”. La residencia fusiona ritmos urbanos y géneros criollos como plena, bomba y salsa con temas de resistencia y orgullo identitario.
En la doceava función, el domingo 3 de agosto en la noche, Bad Bunny presentó al Artista Invitado Internacional más esperado: Sech, confirmando que se trataba del primer músico extranjero en participar en los conciertos de la residencia.
Benito le dedicó palabras de agradecimiento en el escenario y anunció que sería el primero de los no boricuas en formar parte del proyecto, que hasta ese día solo había contado con invitados locales como Yandel, Jhayco, Los Pleneros de la Cresta, etc.
Set conjunto: Sech apareció con fuselina blanca y su tricolor nacional (#como banda sonora a la casita boricua) y abrió con “Ignorantes”, su colaboración icónica con Bad Bunny (YHLQMDLG, 2020) .
Bis propio: continuó con “Otro Trago”, su hit que lo catapultó a nivel internacional, y puso al Coliseo a cantar su coro con fervor.
La prensa panameña lo presentó con el lema “De Panamá para el mundo” y citó su agradecimiento posterior en redes: “Gracias por la invitación, hermano”.
La presentación de Sech en la residencia rompió el patrón autoimpuesto por los artistas invitados anteriores y llevó el mensaje de que Puerto Rico puede extender su mano a toda Latinoamérica y celebrar su cultura desde una identidad pan-latina.
Su aparición marcó un puente entre la cuna del reguetón (Puerto Rico) y la nueva ola urbana panameña, consolidando a Sech como embajador del flow centroamericano.
La residencia como espectáculo se ha interpretado como una oda a la identidad boricua, un acto de arte militante que denuncia la emigración forzada, la gentrificación y la invisibilidad colonial . La participación de Sech añadió una capa de solidaridad regional, mostrando que la cultura latina no conoce fronteras.
- Miles cantaron “Ignorantes” a coro y corearon cada línea de “Otro Trago”, traduciendo la noche en un dueto improvisado entre Panamá y Puerto Rico. Viajaron desde Houston, México, Colombia, España y Canadá para ver ese momento — tras meses de prevención solo para residentes.
- Críticas como Metro Puerto Rico y 105.7 Máxima detallaron el impacto visual y emocional: “la casita atrapó la esencia jíbara mientras Sech elevaba lo urbano a lo universal”.
- Newsweek en Español lo interpretó como otro paso en la misión de Bad Bunny por “visibilizar su cultura y evitar ser absorbido por la industria estadounidense”.
Vale recordar que el triunfal recibimiento de la residencia le debe mucho al compromiso económico y social: se estima que el festival generará unos USD 377 millones para la isla y creará más de 3,600 empleos directos e inducidos en temporada baja turística.
Esta noche dejó claro que Bad Bunny no tiene fronteras, y su residencia ya se proyecta como parte de una consigna mayor: “Puerto Rico primero, pero abierto al mundo”.
En septiembre arranca su gira global Debí Tirar Más Fotos World Tour, y el impacto del abrazo regional con Sech podría repetirse en citas en España, México o América Latina.
