
26 SEPTIEMBRE 2025-NACIONAL-El Palacio Nacional amaneció este jueves completamente cercado por vallas metálicas y resguardado por elementos de la policía capitalina. La acción preventiva responde a las movilizaciones anunciadas por colectivos sociales y familiares de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, al cumplirse 11 años de este caso que continúa siendo uno de los episodios más dolorosos y sin resolver en la historia reciente de México.
Movilizaciones por Ayotzinapa
Se prevé que esta tarde se realicen diversas protestas frente al Palacio Nacional, donde los padres y madres de los estudiantes exigirán avances reales en las investigaciones. Desde su desaparición en 2014, las familias han denunciado una falta de transparencia y contradicciones en las versiones oficiales, lo que mantiene abierta la exigencia de justicia. La colocación de vallas refleja la tensión entre el derecho a la protesta y las medidas del gobierno federal para proteger la sede del poder ejecutivo.
El cierre de accesos al Palacio ha generado críticas en redes sociales y entre organizaciones civiles, quienes cuestionan que en lugar de abrir el diálogo, las autoridades refuercen el cerco de seguridad. Aseguran que este tipo de acciones simboliza más una política de contención que una disposición genuina a escuchar las demandas de las víctimas.

Críticas al gobierno federal
El caso Ayotzinapa sigue siendo una herida abierta en la sociedad mexicana. Si bien se han creado comisiones de investigación y se han realizado capturas relacionadas, los familiares consideran que los resultados siguen siendo insuficientes. El Palacio Nacional cercado se convierte así en una imagen que refleja distancia entre las autoridades y los ciudadanos que exigen justicia.
No solo se prevén protestas en la capital, sino que también se han convocado movilizaciones en otros estados como Guerrero y Oaxaca. Estas marchas buscan presionar a la administración federal a presentar avances concretos en la localización de los estudiantes y en el castigo a los responsables intelectuales del crimen.
Analistas coinciden en que el simbolismo del Palacio cerrado con vallas impacta negativamente en la percepción de la ciudadanía. En lugar de representar un espacio abierto al pueblo, se presenta como una fortaleza que se protege de las voces críticas. Esta imagen se suma a un clima de desconfianza hacia las instituciones encargadas de procurar justicia.

El Palacio Nacional, además de ser un edificio histórico, es también un espacio donde los presidentes han reiterado en múltiples ocasiones su compromiso con los derechos humanos. Sin embargo, la colocación de vallas y la militarización del entorno hacen cuestionar si estos compromisos se están cumpliendo en los hechos o si solo se quedan en el discurso.
Frente a esta situación, expertos en derechos humanos señalan que una verdadera solución requiere no solo medidas de seguridad, sino un trabajo institucional profundo. La exigencia de las familias de los 43 normalistas sigue siendo clara: acceso a la verdad, justicia efectiva y castigo a los responsables sin importar su rango o filiación política.