Durante dos días consecutivos, SpaceX ha tenido que posponer el esperado lanzamiento de su cohete Starship debido a condiciones climáticas adversas. Programado inicialmente para hoy a las 18:30 horas, el intento fue cancelado una vez más, informó la compañía en un comunicado publicado en la red social X. En él aseguraron que están evaluando la mejor oportunidad para reprogramar el vuelo.
Al mismo tiempo, el ambiente se tensó frente a las costas mexicanas. Activistas del colectivo Conibio Global protagonizaron una protesta en Playa Bagdad —a apenas cinco kilómetros de la Starbase, en Texas— exigiendo transparencia y protección ambiental. Desde embarcaciones en el Golfo de México exigían que se respetara el territorio y los ecosistemas afectados.
La tensión aumentó con maniobras inquietantes por parte de dos helicópteros estadounidenses (matriculados BELL 412AP N417AC y N328PK), que sobrevolaron de manera intimidante la zona de protesta, generando ráfagas de viento capaces de desestabilizar las embarcaciones presentes. “Pusieron en riesgo la integridad física del equipo de Conibio Global y de los medios de comunicación”, denunciaron los activistas.
Elías Ibarra, uno de los voceros del grupo, sostuvo que permanecían “en zona segura conforme al Aviso Náutico 224/2025”, y señaló que los helicópteros violaron territorio mexicano sin intimidarse ante la presencia de autoridades nacionales.
Durante la protesta también estuvieron presentes enviados del gobierno federal, quienes efectuaban monitoreo de ruido y vibraciones en la zona como parte de las evaluaciones previas al lanzamiento.
El anuncio de la Capitanía de Puerto establece ventanas de oportunidad para lanzar Starship entre el 23 y el 28 de agosto, y una segunda fase entre el 2 y el 9 de septiembre. Mientras tanto, se mantienen las exigencias de los manifestantes por una investigación inmediata y garantías de seguridad.
El proyecto Starship, desarrollado por SpaceX bajo la dirección de Elon Musk, tiene como objetivo revolucionar los viajes espaciales al permitir misiones interplanetarias con cohetes reutilizables. Sin embargo, su implementación no ha estado exenta de controversia, especialmente en la región fronteriza entre Texas y Tamaulipas, donde comunidades locales y ambientalistas han señalado afectaciones directas al ecosistema marino y terrestre.
Durante los últimos meses, residentes cercanos a la zona de lanzamiento han reportado un incremento en la presencia militar y tecnológica en los alrededores, así como restricciones de acceso a ciertas áreas costeras. Esta situación ha generado un creciente malestar entre los habitantes, que acusan falta de transparencia por parte de SpaceX y de las autoridades estadounidenses.
El Golfo de México, un ecosistema vital para numerosas especies marinas y aves migratorias, podría verse impactado por la actividad espacial si no se toman medidas adecuadas de mitigación. Organizaciones científicas y civiles han solicitado estudios de impacto ambiental más detallados antes de que se continúe con los vuelos experimentales de Starship.
