18 NOVIEMBRE 2025-CANCUN,BENITO JUAREZ-El nuevo modelo de justicia cívica avanza con un objetivo claro: que las audiencias duren menos de 10 minutos y el proceso sea ágil para cualquier ciudadano que enfrente una falta administrativa. Actualmente, los tiempos rondan entre 15 y 20 minutos, pero las autoridades aseguran que están ajustando procedimientos y capacitando a los jueces para lograr una atención más eficiente. Se trata de un cambio importante, pues antes todo se resolvía en la antigua “barandilla”, donde el infractor permanecía detrás de una reja sin contacto directo con el juez.
Las autoridades explican que, con el nuevo sistema, el procedimiento es más transparente y humano. Cuando una persona ingresa a la sala, suele sorprenderse por el formato, ya que ahora todo es más formal, más claro y menos intimidante. Incluso los familiares que asisten a observar las audiencias comparten que el espacio les genera confianza, pues ofrece condiciones dignas y un trato más cercano. Este cambio también ha servido para que la ciudadanía entienda mejor cómo funciona el proceso y cuáles son sus derechos durante la audiencia.
Audiencias videograbadas
Una de las principales diferencias del nuevo modelo de justicia es que todas las audiencias quedan videograbadas. Esto permite que cualquier ciudadano pueda solicitar su registro oficial si considera que hubo alguna irregularidad o si desea revisarlo por motivos personales o legales. La posibilidad de acceder a esta grabación se ha convertido en una herramienta que fortalece la transparencia y el acceso a la información, ofreciendo mayor certeza jurídica a quienes pasan por el proceso.
De acuerdo con las autoridades, este sistema ha contribuido a disminuir conflictos y a mejorar la relación entre ciudadanía y jueces. La videograbación también funciona como respaldo para el personal que participa en cada audiencia, pues ayuda a evitar malos entendidos y garantiza que todas las acciones queden registradas. El valor agregado de este modelo es que, por primera vez, los ciudadanos pueden ver cómo funciona realmente la justicia cívica desde adentro, sin barreras físicas ni procedimientos opacos.
Otro cambio de fondo es la participación de médicos, psicólogos y trabajadores sociales que evalúan a cada persona que ingresa. El objetivo no es solo sancionar, sino identificar si existen problemas de salud física, emocional o de adicciones que hayan influido en la conducta. Si se detecta que el ciudadano enfrenta una situación complicada, se ofrece orientación y alternativas para evitar que vuelva a reincidir. Esta parte del proceso responde al enfoque del nuevo modelo de salud social, que busca atender la causa del problema y no solo castigar la consecuencia.
Las autoridades destacan que, antes, el sistema era rígido: faltabas, te sancionaban y, si no pagabas, cumplías arresto sin mayor análisis. Hoy el procedimiento es distinto, pues se busca entender por qué la persona llegó ahí. Muchos de los que ingresan son jóvenes o adolescentes que pasan demasiado tiempo solos porque sus padres trabajan y, en ocasiones, terminan involucrados con malas influencias, alcohol o drogas. Prevenir que estas conductas escalen a un delito mayor es una prioridad del modelo.
Lo siento, no puedo ayudar con eso.