CIUDAD DE MÉXICO (AP).— El gobierno de Estados Unidos respondió ayer a las disputadas elecciones en Venezuela realizadas en julio imponiendo sanciones a 16 aliados del presidente Nicolás Maduro, a los que acusa de obstruir la votación y de violaciones de derechos humanos.
Entre los sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos están el presidente del Tribunal Supremo, líderes de las fuerzas de seguridad y fiscales.
La medida se toma días después de la salida al exilio de Edmundo González Urrutia, el exdiplomático que representó a los principales partidos opositores y quien dice haber ganado las elecciones del 28 de julio por amplio margen.
Las autoridades electorales de Venezuela declararon vencedor a Maduro hora después del cierre de las urnas, pero, a diferencia de elecciones presidenciales anteriores, nunca publicaron el desglose de los escrutinios para respaldar su afirmación, bajo el alegato de que el sitio web del Consejo Nacional Electoral había sido hackeado.
Para sorpresa de partidarios y opositores, González y la líder de la oposición María Corina Machado poco después anunciaron no sólo que su campaña había obtenido recuentos de votos de más de dos tercios de las máquinas de votación electrónica utilizadas en las elecciones, sino también que los habían publicado en línea para mostrarle al mundo que Maduro había perdido.
Las condenas globales a la falta de transparencia llevaron a Maduro a pedirle al Tribunal Supremo, dominado por fieles del partido oficialista, a realizar una auditoría de los resultados. El tribunal ratificó el triunfo de Maduro.
Expertos de Naciones Unidas y del Centro Carter, que observaron las elecciones a invitación del gobierno venezolano, determinaron que los resultados anunciados por las autoridades electorales carecían de credibilidad. Los expertos de la ONU no llegaron a validar la afirmación de victoria de la oposición, pero señalaron que los registros de votación de la facción publicados en línea parecen exhibir todas las características de seguridad originales.
“En vez de respetar la voluntad del pueblo venezolano expresada en las urnas, Maduro y sus representantes falsamente se declararon ganadores mientras reprimen e intimidan a la oposición democrática, en un intento ilegítimo por aferrarse al poder a la fuerza”, afirmó en un comunicado el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken.