
En Indonesia existe un fenómeno poco visible pero profundamente doloroso: los llamados niños souvenir. Se trata de hijos e hijas de trabajadores migrantes que nacen en el extranjero bajo matrimonios no registrados y que regresan al país sin identidad legal ni respaldo social. Estos menores suelen quedar al cuidado de familiares, enfrentando discriminación, pobreza y, en muchos casos, matrimonios infantiles que perpetúan un círculo de marginación.
El problema se concentra especialmente en las Islas menores occidentales de la Sonda, una de las regiones con mayor número de migrantes. Allí, organizaciones sociales han documentado cómo el estigma social convierte a los niños souvenir en blanco de burlas, exclusión y abusos. La falta de documentos oficiales impide a muchos acceder a educación, salud y oportunidades laborales, condenándolos desde pequeños a una vida limitada.
Crecer sin identidad
El caso de Aminah y sus hermanas revela la dureza de esta realidad. Criadas en Lombok sin sus padres, sufrieron malos tratos y discriminación por parte de su comunidad. Sin documentos oficiales, sus posibilidades de estudiar y salir adelante fueron mínimas. El Instituto Rudat y otras ONG han intervenido para conseguir registros de identidad, pero el estigma social continúa siendo una barrera casi tan fuerte como la legal.

La marginación de los niños souvenir no solo afecta su presente, sino que impacta su futuro. La presión social y económica lleva a muchas adolescentes al matrimonio precoz, un fenómeno que coloca a Indonesia entre los países con más altos índices de uniones infantiles. En la provincia de las Islas menores occidentales de la Sonda, las cifras superan incluso la media nacional.
Matrimonio infantil y riesgos
Fatma, hermana mayor de Aminah, abandonó la escuela para casarse a los 15 años, con la esperanza de escapar de la violencia familiar. Sin embargo, vivió varios matrimonios no registrados y enfrentó embarazos de alto riesgo. Casos como el suyo reflejan lo que Naciones Unidas considera una forma de violencia sexual: matrimonios forzados o prematuros que afectan la salud y limitan las oportunidades de vida de las menores.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas advierte que las adolescentes embarazadas corren mayor riesgo de complicaciones médicas y de tener hijos con bajo peso o que no sobrevivan a la infancia. Además, la falta de diplomas y empleos dignos empuja a estas jóvenes nuevamente hacia la migración ilegal, donde muchas sufren explotación y abusos laborales.
