Hace unos cuantos días se confirmó el fichaje de Neymar en el Al-Hilal, el club de futbol de Arabia Saudita, por unos cuantos humildes millones de dólares ¿en qué viajó el delantero? En un avión gigante, uno de los aviones más grandes del planeta… él solo.
¿Y por qué en un avión? Bueno, se sabe que el astro brasileño pidió hasta las perlas de la virgen para llegar a la liga de Arabia. Es más, hasta pidió una flota de autos de lujo, choferes con disposición 24/7 en caso de que él no quiera manejar, una piscina gigante, y hasta se va a llevar 500 mil euros cada vez que mencione a Arabia Saudita en sus redes sociales… imagínense la locura.
Pero justamente hablando del avión privado que tendrá para él y sus amigos, es necesario que saquemos las cuentas de cuánto contaminó (y contaminará) este lujoso viajecito que seguro nos vamos a quedar con la boca abierta. Así que vámonos por partes.
El lujoso y contaminante viaje de Neymar
Primero vamos a dar un poco de contexto. Hace unos cuantos días se confirmó el fichaje de Neymar en el Al-Hilal, el club de futbol de Arabia Saudita, por unos cuantos humildes millones de dólares.
Solo para que nos demos una idea: el club saudí le desembolsó más de 90 millones de dólares al PSG por el delantero, quien tendrá un humilde sueldo de 300 millones de dólares en dos años de contrato. Dinero va a sobrar.
Una vez que se cerró el trato y todo quedó confirmado, el jugador brasileño tuvo que viajar de París (sede del París Saint-Germain) a Raid en Arabia Saudita (sede del Al-Hilal).
La cosa es que no crean que el viaje lo hizo en clase turista, como los mortales: viajó en un Boeing 747 privado. Ajá, uno de los aviones más grandes del planeta, al que le caben más de 400 pasajeros, para una sola persona.
Bueno, a lo mejor no iba solo, pero suponemos que la tripulación y las personas que lo acompañaban no pasaban de 20, lo que ya es mucho avión para tan pocas personas. Y ¿qué tanto contaminó? Jijo….
Hablemos entonces un poco del avión. Si el vuelo fue privado ¿de quién es el avión? El cachivache le pertenece al príncipe Al Waleed bin Talal Al Saud, miembro de la Familia Real Saudí, que es considerado como la 13° persona más rica del planeta y que es accionista en el club de futbol.
De acuerdo con reportes, el príncipe compró este avión por entre 100 y 400 millones de dólares, pero le invirtió otros 120 millonsitos para personalizarlo. Ya saben, cosas que sí o sí debes tener en tu avión como acabados de oro, cristal, una oficina privada, sala de conferencias, cristales incrustados, alfombras carísimas, etc. Le dicen “Flying Palace” porque, en efecto, es un palacio volador.
Si bien esta foto pertenece al interior del otro avión del príncipe, un Airbus 380, la compartimos solo para que nos demos una idea.
¿Qué tan grande es un Boeing 474-400? Un avión de este tipo tiene una cabina de dos pisos y tiene una capacidad de hasta 426 personas, pero si solo se incluyen dos clases para turistas le caben 529 personas.
Hablemos de la huella de carbono de los vuelos
La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que produce la actividad humana.
Esta información se mide en toneladas de CO2 emitidas. Mide las emisiones de metano, óxido de nitrógeno, hidrofluorocarburos (HFCs), los perfluororcarburos (PFCs), el hexafluoruro de azufre (SF6) y sobre todo el dióxido de carbono (CO2).
Ahora, de acuerdo con la estimación de un sitio especializado, la aviación es responsable del 2% de las emisiones globales de CO2 emitidas por el humano a la atmósfera. Es decir, unas 900 millones de toneladas de dióxido de carbono.
Se calcula que un avión Boeing 474 como el que usó Neymar usa más o menos 4 litros de combustible por segundo. Si sabemos que la duración más corta de este viaje de 4 mil 658 kilómetros es de 6 horas, entonces tenemos –en teoría– que el avión consumió de menos 86 mil 400 litros de combustible.
¿Cuánto contaminó –en teoría– este vuelo de Neymar?
Una solicitud de información que se hizo a Petróleos Mexicanos (PEMEX) reveló la relación de gases contaminantes que se generan por cada litro de combustible quemado por un avión. Resulta que la turbosina emite 2.036 kilogramos de CO2 por cada litro.
Si hacemos la multiplicación, tenemos que en este viaje entre París y Arabia Saudita el Boeing 747 de lujo quemó de menos 175 mil 910 kilogramos de CO2, es decir, más de 175 toneladas de dióxido de carbono.
El promedio mundial por persona de CO2e (para medir la huella de carbono) es de 5 toneladas por año. Es decir, este avión en 6 horas con menos de 20 personas a bordo dejó una huella de carbono equivalente a lo que una persona promedio dejaría por vivir 35 años.
Sin comentarios…
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