
3-Noviembre-2025.-.La filtración de un video donde se observa a soldados israelíes abusando sexualmente de un prisionero palestino en una base militar ha generado una crisis sin precedentes para Israel, tanto en el plano interno como internacional. El primer ministro Benjamín Netanyahu reconoció que el caso representa “el ataque de relaciones públicas más grave” sufrido por su país desde su fundación, según informó The Times of Israel.
Durante una reunión con su gabinete, Netanyahu expresó que la difusión del video “causó un enorme daño a la reputación de Israel, al Ejército y a nuestros soldados”, y ordenó la apertura de una investigación independiente e imparcial. En sus palabras, la situación “no solo afecta a la moral del Ejército, sino también a la credibilidad del Estado de Israel frente a sus aliados”.
Una filtración que sacude a las Fuerzas de Defensa de Israel
El escándalo se reavivó luego de que la principal abogada militar de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), la general de división Yifat Tomer-Yerushalmi, reconociera haber autorizado la publicación del video antes de presentar su renuncia. La grabación, difundida originalmente por el canal N12 en agosto de 2024, muestra a detenidos palestinos tendidos en el suelo, con los ojos vendados, en el centro de detención de Sde Teiman, al sur del país.
En las imágenes, varios soldados seleccionan a uno de los prisioneros y lo llevan a un rincón donde se cometen los abusos. Según el reporte médico posterior, la víctima fue trasladada al hospital con signos de violación y graves lesiones internas. El hecho ha generado una ola de indignación dentro y fuera de Israel, con organizaciones de derechos humanos exigiendo una respuesta firme del Gobierno.
Negación, pruebas manipuladas y fractura interna
A pesar de la evidencia, uno de los diez reservistas acusados de maltrato grave afirmó que todo se trata de “una invención para manchar el nombre del Ejército israelí”, asegurando que el video fue editado de forma malintencionada. Sin embargo, medios locales revelaron que al menos dos de los acusados fallaron el polígrafo, al negar haber cometido agresiones sexuales contra el detenido.
El caso ha puesto en entredicho la cultura de impunidad dentro de las FDI, un tema que diversas ONG han denunciado durante años. La tensión aumentó cuando The Times of Israel y otros medios locales confirmaron que altos mandos militares habrían intentado suavizar los informes internos para evitar un mayor impacto mediático.
Dimensiones internacionales y ocultamiento de abusos
La polémica se intensificó tras la publicación de documentos filtrados que revelan que EE.UU. habría retrasado informes sobre violaciones de derechos humanos cometidas por Israel en Gaza, lo que alimentó acusaciones de encubrimiento. Analistas señalan que, si se confirma la manipulación de los reportes, la relación entre Washington y Tel Aviv podría verse gravemente afectada, justo en un momento de creciente presión internacional por las operaciones en la Franja de Gaza.
Valor agregado – Enfoque crítico y constructivo:
Este escándalo evidencia la necesidad de una revisión profunda de los mecanismos de control y transparencia en el Ejército israelí. Más allá del daño a su imagen, el episodio subraya la urgencia de reformas institucionales que garanticen justicia y rendición de cuentas, tanto hacia las víctimas palestinas como hacia la sociedad israelí. Expertos en derecho internacional advierten que si Israel no demuestra capacidad de autoinvestigarse, podría exponerse a procesos en la Corte Penal Internacional (CPI). La credibilidad de su sistema democrático y militar dependerá de la voluntad política para enfrentar con rigor este caso.
			
			





