
23 JULIO 2025-INTERNACIONAL- El muro fronterizo entre Estados Unidos y México vuelve al centro del debate tras el anuncio de su reforzamiento en zonas clave del sector de El Paso, Texas. Con una altura de más de nueve metros y placas de acero en la parte superior, las autoridades estadounidenses esperan frenar los cruces irregulares por parte de migrantes guiados por grupos criminales. Claudio Herrera, vocero de la Patrulla Fronteriza en El Paso, informó que ya se han aprobado 8.5 millas adicionales de muro, con estructuras que alcanzan hasta los 30 pies de altura.
De acuerdo con la Patrulla Fronteriza, diariamente se detectan cortes en la valla realizados con sierras por organizaciones criminales, especialmente en áreas desérticas como Santa Teresa, en Nuevo México. Por esta razón, el nuevo diseño busca impedir estos accesos con una estructura metálica más resistente. Sin embargo, el refuerzo del muro fronterizo también ha generado preocupaciones en otros sectores, sobre todo por su impacto ambiental.

Ambientalistas han alertado sobre los efectos negativos que la expansión del muro tendría en la biodiversidad de la región. Raymundo Aguilar, del Colectivo Sierra de Juárez, explicó que especies como el lobo mexicano podrían ver restringido su paso por los pocos corredores biológicos que aún existen sin barreras. Según Aguilar, “estas nuevas políticas vienen a fragmentar todavía más la distribución” de animales en riesgo de extinción.
Además del impacto ecológico, activistas y miembros de organizaciones religiosas advierten sobre las consecuencias humanitarias. Juan Carlos López, vocero de la Diócesis de Ciudad Juárez, consideró que la medida es innecesaria. Señaló que “más allá de reforzar muros, deberían plantearse políticas migratorias integrales” que aborden las causas del desplazamiento humano desde una perspectiva más humana y solidaria.

Actualmente, el muro fronterizo se extiende por más de mil 123 kilómetros de los 3 mil 169 que separan a ambos países. Con las nuevas secciones proyectadas en áreas como Anapra, Sunland Park y la montaña Cristo Rey, aumentan también los llamados de expertos a evaluar las implicaciones de largo plazo en términos ecológicos, sociales y de derechos humanos.