
Un terrible suceso sacudió a la comunidad de New Port Richey, Florida: una mujer de 50 años, identificada como Chuanying He, atacó a su esposo, Robert Heyden, mientras él dormía, vertiéndole ácido sulfúrico sobre el cuerpo. Luego bloqueó la puerta del dormitorio colocando una barra de madera y alambre, impidiendo que alguien pudiera auxiliarlo. Posteriormente, llamó al 911, alertando a las autoridades.
Los agentes arribaron al lugar y encontraron al hombre en agonía, cubierto de quemaduras químicas graves. Fue trasladado de emergencia al Hospital General de Tampa, donde permaneció en condición crítica hasta que falleció el 24 de agosto.
Este homicidio ocurre en medio de tensiones legales: la pareja se encontraba en trámites de divorcio, y Robert había solicitado la posesión exclusiva del hogar. La audiencia estaba programada para el día siguiente del ataque, lo que sugiere un posible motivo relacionado con la disputa por la vivienda.
Chuanying He fue arrestada y se enfrenta judicialmente a cargos de asesinato en primer grado y agresión agravada con lesiones graves, ya que admitió haber intentado quitarle la vida a su pareja. Las investigaciones describen el acto como deliberado y premeditado
Este caso vuelve a poner sobre la mesa la alarmante frecuencia de la violencia doméstica y las dinámicas extremas que pueden surgir en procesos de separación. La policía ha señalado que recibió varios reportes previos de conflictos verbales en el hogar, aunque no se habían presentado arrestos hasta el momento.
El ataque dejó al descubierto una situación de escalamiento violento que parecía latente — la violencia doméstica, muchas veces invisible, puede adquirir formas extremas cuando no se aborda a tiempo. En este caso, la utilización de ácido como arma refleja una intención deliberada de causar daño irreparable, más allá de un arrebato emocional.
Tras el incidente, la comunidad local y varias organizaciones han expresado su consternación, mientras los familiares buscan explicaciones. Expertos en violencia familiar coinciden en que los procedimientos de divorcio suelen intensificar los conflictos, especialmente cuando hay disputas por propiedad, custodia o recursos económicos.
Además, esta tragedia coincide con un aumento sostenido en los reportes de violencia intrafamiliar en Florida, a pesar de que en general los índices de criminalidad han disminuido. Esto resalta una problemática que persiste: el entorno íntimo a menudo oculta tensiones que pueden convertirse en violencia extrema si no hay mecanismos de prevención efectivos.