
13 DE JUNIO- #HosseinSalami, comandante en jefe de la #GuardiaRevolucionaria de #Irán, murió tras los recientes bombardeos que Israel realizó en territorio iraní. Medios estatales de #Teherán confirmaron su fallecimiento, convirtiéndolo en el líder militar iraní de más alto rango abatido hasta la fecha en un ataque israelí. Su muerte marca un momento clave en la creciente tensión entre ambos países, en una región que ya vive bajo constante presión bélica.
Nacido en 1960 en Golpayegan, Hossein Salami interrumpió sus estudios de ingeniería mecánica en Teherán para unirse a la Guardia Revolucionaria cuando estalló la guerra entre Irán e Irak en 1980. Desde entonces, su carrera militar fue en ascenso, destacando por su férrea postura contra Estados Unidos y sus aliados. Tras la guerra, retomó sus estudios y obtuvo una maestría en administración de defensa, combinando formación académica con una trayectoria de campo.

A lo largo de su carrera, Salami se convirtió en una figura clave dentro del régimen iraní. Antes de ser nombrado comandante en jefe en 2019 por el ayatolá Ali Jamenei, dirigió la Fuerza Aérea de la Guardia y ocupó importantes cargos estratégicos y académicos. Era conocido por sus discursos encendidos y su retórica de confrontación contra Israel, Arabia Saudita y Occidente, postura que reforzó durante la guerra en Gaza en 2024.
UN LÍDER POLÉMICO Y TEMIDO
Durante años, Hossein Salami fue objeto de sanciones por parte del Consejo de Seguridad de la ONU, Estados Unidos y otros países como Canadá, que lo responsabilizaban por violaciones a derechos humanos y represión de protestas. Pese a ello, él se mostraba orgulloso de que la Guardia Revolucionaria fuese catalogada como organización terrorista por Washington, asegurando que era un “honor” para sus filas.

El jueves previo a su muerte, Salami advirtió que Irán estaba totalmente preparado para enfrentar cualquier escenario ante la escalada de tensiones con Israel. “El enemigo cree que puede luchar contra Irán igual que contra los palestinos indefensos”, declaró desafiante. Un día después, su destino quedó sellado con los ataques aéreos israelíes que apuntaron a varias bases militares iraníes.
Su muerte deja un vacío importante en la cúpula militar de Irán y plantea nuevas incógnitas sobre la respuesta del régimen. Muchos analistas creen que este golpe podría endurecer aún más la postura de Teherán o, por el contrario, abrir una ventana a cambios en la estrategia militar del país. Mientras tanto, la comunidad internacional permanece atenta ante posibles represalias que podrían desestabilizar aún más a Medio Oriente.
