
Un motín en el penal de Tuxpan, Veracruz, encendió las alarmas este sábado 2 de agosto tras registrarse disturbios, incendios y denuncias de abusos al interior del Centro de Reinserción Social. El penal, ubicado en la carretera Tuxpan–Tamiahua, fue escenario de una revuelta que fue grabada en videos y difundida por redes sociales, donde se observa fuego y caos dentro de las instalaciones.
Según información preliminar, las personas privadas de la libertad iniciaron el disturbio para exigir la presencia de medios de comunicación. El motivo: presuntos actos de extorsión, cobro de piso y abusos atribuidos al Grupo Sombra, una célula del Cártel del Golfo con operaciones en el estado. La protesta rápidamente escaló, generando preocupación entre familiares y ciudadanos.
Reclusos exigen atención a denuncias dentro del penal
Familiares de los internos subieron videos solicitando la intervención de las autoridades para verificar el estado de salud de quienes se encontraban dentro del penal durante el conflicto. Hasta el momento, la Secretaría de Seguridad Pública ha confirmado que ya se activó el protocolo de contención y que los lesionados están recibiendo atención médica por parte de la Policía Estatal y la Cruz Roja Mexicana. No se han reportado fallecidos.
Las autoridades identificaron a tres reclusos como los principales responsables del motín y confirmaron su traslado a otro centro penitenciario como medida preventiva. Asimismo, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Guardia Nacional y la Comisión Estatal de Derechos Humanos acudieron al lugar para controlar la situación y restablecer el orden.
Trasfondo de violencia y amenazas
Este hecho se da en un contexto tenso dentro del penal de Tuxpan. En junio pasado, el exdirector del penal, Antonio Huesca Figueroa, fue asesinado mientras se encontraba dentro de su automóvil en pleno centro de la ciudad. Meses antes, en marzo, había aparecido una manta con amenazas de muerte en su contra, lo que ya generaba inquietud sobre la presencia del crimen organizado en el sistema penitenciario.
Tras controlar el motín, las autoridades reiteraron su compromiso por garantizar la seguridad dentro de estos centros y trabajar en un ambiente donde se respeten los derechos de las personas privadas de su libertad. Sin embargo, lo ocurrido en Tuxpan deja ver una vez más los desafíos estructurales de los penales en México, donde la violencia, la corrupción y la falta de supervisión siguen siendo temas urgentes por atender.
