Silvio Berlusconi será recordado por siempre en el mundo del futbol por su exitosa gestión al frente del Milán, equipo con el cual ganó todo, tanto en Italia, como a nivel internacional, sin embargo, el también exprime ministro tuvo otro club, un equipo abandonado y arrumbado en la Serie C, y que desde el verano del 2022, forma parte de la Serie A, se trata del Monza.
El equipo lleva el nombre de su ciudad de origen, que tal vez sea más conocida por la ubicación del circuito donde se lleva a cabo el Gran Premio de Italia en Fórmula 1, que por su tradición futbolística, sin embargo, Berlusconi eligió este equipo para volver al futbol después de renunciar al equipo rossonero en 2017, después de haber ganado cinco Champions League, ocho veces la Serie A, el Mundial de Clubes, seis Supercopas de Italia, entre varios trofeos más.
La venta del Milán y compa del Monza
En ese año, Silvio Berlusconi vendió al Milán a un grupo de inversión de China, por 740 millones de euros, que a su vez vendió al club a sus actuales propietarios, RedBird Capital Partners, un grupo de inversión de Estados Unidos.
Mientras todo esto pasaba con el equipo rossonero, Berlusconi encontró otro destino, en Monza, el lugar de origen de Adriano Galliani, su mano derecha, quien lo convenció de comprar a un equipo que llevaba 19 años arrumbado en la Serie C. La compra se realizó en 2018, a cambio de tres millones de euros y en su primera temporada al frente del modesto equipo, logró el ascenso a la Serie B para el 2020.
Monza, la última gran obra de Silvio Berlusconi
Para la campaña 2021-22, Monza comenzó a ser relacionado tanto con Fórmula 1 como con el futbol, después de que el equipo conquistara el ascenso a la Serie A, algo jamás logrado por este equipo fundado en 1912, y que cuenta con un modesto estadio para poco mapas de 18 mil aficionados.
Berlusconi invirtió cerca de 200 millones de euros desde realizó la compra a través de Fininvets, un grupo financiero dirigido por Marina Berlusconi, hija mayor de Silvio, y con el cual compró al Milán en 1986, además de dirigir otros negocios de Silvio, como el de las comunicaciones, en especifico televisoras.
En su temporada de debut en la Serie A, Monza no sólo eludió el descenso, sino que estuvo coqueteando con puestos europeos, que bien podría ser el objetivo de su segunda temporada, sin Silvio, pero con el apellido Berlusconi bien marcado, pues su presidente desde hace un tiempo es Paolo Berlusconi, hijo del hombre que le dio las últimas glorias al Milán.