
MIAMI, Estados Unidos (El Universal).— La frontera sur de Estados Unidos ha dejado de ser una simple línea territorial para convertirse en una de las zonas más militarizadas del país en tiempos de paz.
La cifra de soldados desplegados —11 mil 900 efectivos según el Comando Norte— iguala o supera el tamaño operativo de una división militar completa, superando incluso la concentración simultánea de tropas en las llamadas Green Zones de Irak o Afganistán (en las que se concentraban altos mandos militares y políticos), donde rara vez se reunían más de 10 mil soldados en una misma área.
Tensión en la frontera
¿El argumento? La guerra contra el flujo de inmigrantes y de drogas. No son sólo los efectivos, sino la tecnología de combate: radares AN/TPQ-53, diseñados para detectar morteros y misiles en campos de guerra.
Ahora adaptados para identificar drones lanzados por el narco; torres de vigilancia autónomas Anduril, equipadas con cámaras térmicas y sensores de largo alcance; sistemas WAMI (Wide-Area Motion Imagery) —tecnología originalmente aplicada en Mosul y Helmand— para monitorear áreas remotas de la frontera. Y satélites de inteligencia.
“Estamos viendo lo que antes se usaba para cazar insurgentes siendo usado para vigilar y detener inmigrantes”, comentó en marzo John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
Este “blindaje” fronterizo ha rendido frutos en el tema migratorio. De acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en marzo se registraron aproximadamente 7 mil 180 aprehensiones de migrantes que cruzaron sin autorización la frontera con México; en abril se registraron alrededor de 8 mil 400 aprehensiones.
Estas cifras representan una caída de más de 90% en comparación con diciembre de 2024.
Si se mantiene esta tendencia, el año fiscal 2025 cerraría con menos de 100 mil cruces ilegales, cifra incluso inferior a las registradas en 2016 (408 mil 870), antes del auge de las caravanas centroamericanas.
Miles mueren por sobredosis de fentanilo
Pero en el frente del tráfico de drogas la historia es distinta. Particularmente, en el tema del fentanilo.
“Esta epidemia de sobredosis por opioides, encabezada por el fentanilo, ha dejado más muertos que todas las guerras de EU desde Vietnam”, subraya Guillermo Alberto Hidalgo, especialista en seguridad nacional.
Las estadísticas internas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) revelan que la principal causa de muerte entre 18 a 44 años en la Unión Americana sigue siendo la sobredosis de drogas, especialmente por fentanilo.
En 2022, los CDC documentaron más de 112 mil 600 muertes por sobredosis, la mayoría relacionadas con opioides sintéticos como el fentanilo.
Mientras que en 2023, el número se mantuvo alto, con aproximadamente 110 mil muertes, de las cuales más de 72 mil estuvieron vinculadas específicamente al fentanilo fabricado ilícitamente, según el Morbidity and Mortality Weekly Report.
Pero en 2024 las muertes bajaron a poco más de 80 mil 300, una caída de 27% en un año, y aunque la cifra sigue siendo de consideración y preocupante para las autoridades de salud pública en la Unión Americana, representó el descenso más pronunciado desde que la epidemia comenzó hace una década.
Especialistas médicos coinciden en que esta disminución no fue gracias a la militarización de la frontera sur de Estados Unidos. “Las razones de esa disminución”, explica un vocero de los CDC. “Se deben en primera a la distribución de naloxona, el antídoto de uso comunitario que revierte las sobredosis si se aplica a tiempo”.
A ello se sumaron el uso generalizado de tiras reactivas para detectar fentanilo en drogas mezcladas y la expansión de programas de reducción de daños.
Disminuyen las incautaciones
En el tema de las incautaciones, en los primeros cuatro meses de 2025 los decomisos de fentanilo fueron de apenas mil 433 kilos, 48% menos que en el mismo periodo de 2024, según USAFacts.
Esto no necesariamente indica que menos droga está cruzando.
De acuerdo con un informe de CBP al que este diario tuvo acceso, “la mayoría de este opioide ingresa por los puertos legales de entrada, camuflado en autos y camiones, y no por los senderos del desierto” que vigilan soldados y agentes armados.
“Más de 90% del fentanilo incautado proviene de cruces controlados y la mayoría de los traficantes detenidos son ciudadanos estadounidenses”, revela otra parte del informe.
La presencia militar, aunque disuasiva frente a migrantes, ha tenido un impacto marginal en la contención del fentanilo.
John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, lo resumió con franqueza en marzo:
“Podemos desplegar radares, drones y tropas, pero si no detenemos la demanda interna y no ampliamos el acceso a naloxona, seguiremos contando cadáveres”.
En paralelo, mientras las muertes por fentanilo han bajado, las incautaciones en Estados Unidos de metanfetaminas aumentaron 30% sólo entre marzo y abril de 2025, “lo que indica que el narcotráfico continúa adaptándose y reconfigurando rutas y sustancias”, advierte el reporte.