
18 DE JULIO-Durante la conferencia matutina del viernes 18 de julio, conocida como #MañaneraDelPueblo, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Claudia Curiel de Icaza, presentó un importante avance del concurso México Canta por la Paz y contra las Adicciones. Este certamen ha logrado reunir a más de 15 mil participantes, tanto en territorio nacional como desde comunidades migrantes en Estados Unidos, que están creando una nueva forma de hacer música, lejos de la violencia y con un enfoque fresco y juvenil.
Cada semana, específicamente los viernes, se anunciarán ocho semifinalistas por región. Los seleccionados tendrán la oportunidad de mejorar su talento en estudios profesionales, acompañados por productores del Consejo Mexicano de la Música. Esta iniciativa no solo promueve la paz, sino que también ofrece una verdadera plataforma de crecimiento artístico para nuevas generaciones.

Curiel de Icaza destacó especialmente el papel de las juventudes migrantes provenientes del este de Estados Unidos, a quienes calificó como poseedoras de una profunda conexión con sus raíces culturales y una destacada sensibilidad creativa. La participación de estas comunidades muestra el poder del arte como puente entre países, generaciones y contextos sociales distintos, pero con un objetivo común: la paz.
Las semifinales del concurso México Canta por la Paz se transmitirán los domingos a través de medios públicos y plataformas digitales, del 17 de agosto al 28 de septiembre. La gran final se celebrará el 5 de octubre en el emblemático Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, en la Ciudad de México, y será un evento que buscará reflejar la diversidad, el talento y el compromiso social de los jóvenes mexicanos y migrantes.
Aunque el certamen ha tenido una excelente recepción, todavía existen retos para que estos esfuerzos culturales tengan continuidad. Especialistas señalan que programas como México Canta por la Paz deben estar acompañados por políticas públicas que fortalezcan la educación artística desde la infancia, especialmente en comunidades vulnerables. Además, se sugiere crear redes de apoyo permanentes para que los talentos emergentes no desaparezcan una vez que termine el concurso. Invertir en cultura no es solo un acto simbólico, sino una estrategia concreta de prevención de la violencia y reconstrucción del tejido social.
