
CIUDAD DE MÉXICO.— La guerra comercial y la incertidumbre en el panorama global lleva a las empresas de comercio electrónico a buscar alternativas en sus cadenas de suministro.
Casi 100 días después del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, las empresas luchan por adaptarse a la cambiante política comercial. La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos y la respuesta de gigantes como China ha llevado al planteamiento de una reconfiguración estratégica en el comercio.
De acuerdo con Sea Bridge Link, un agente de carga especializado en transporte internacional de mercancías, algunas empresas están buscando proveedores en otros países para evitar los aranceles.
En el mundo del e-commerce, la dependencia del intercambio chino lleva a las compañías a buscar alternativas en sus cadenas de suministro.
De acuerdo con el estudio Global e-commerce 2025, elaborado por la consultora ECBD, el gigante asiático representa el 43% de los ingresos globales del comercio electrónico, seguido de Estados Unidos que representa el 23%.
Amazon, por ejemplo, destaca la importancia de analizar normativas y cambios regulatorios para adaptarse rápidamente. De acuerdo con Bloomberg News, la compañía considera un plan de expansión de almacenes de 15,000 millones de dólares para cerca de 80 nuevas instalaciones logísticas en ciudades y zonas rurales de Estados Unidos.
La fuente añadió que el gigante de comercio electrónico canceló pedidos de varios productos fabricados en China y también de otros países asiáticos.
Estas cancelaciones se hicieron sin previo aviso, lo que llevó a los proveedores a sospechar que se trataba de una respuesta a los aranceles.
Las empresas chinas que venden productos en Amazon se preparan para subir los precios a Estados Unidos o abandonar ese mercado, de acuerdo con Reuters.
“No se trata solo de una cuestión de impuestos, sino de que toda la estructura de costes se ve totalmente desbordada”, dijo Wang Xin, directora de la Asociación de Comercio Electrónico Transfronterizo de Shenzhen, que representa a más de 3,000 vendedores de Amazon.
China es un jugador importantísimo para Amazon, pues alberga alrededor de la mitad de los vendedores. De acuerdo con el proveedor de servicios de e-commerce SmartScout, solo en Shenzhen hay más de 100,000 empresas registradas en la plataforma de ventas online, que generan ingresos anuales por unos 35,300 millones de dólares.
El diario Financial Times publicó un artículo en el que señaló que algunos vendedores independientes de Amazon y Walmart están trasladando sus productos fabricados en China a almacenes canadienses en un intento estratégico por evitar los aranceles de EE.UU.
Esta estrategia pretende preservar los márgenes de beneficio y evitar el pago de aranceles estadounidenses, manteniendo al mismo tiempo el inventario cerca de su mercado principal.
Reuters apuntó que ningún otro país se acerca siquiera al poder de consumo de Estados Unidos, lo que limita significativamente la producción que el resto del mundo puede absorber y aumenta el riesgo de que se intensifiquen las guerras de precios entre los exportadores chinos, lo que reducirá la rentabilidad.
Mercado mexicano
El escenario de guerra arancelaria también supone afectaciones a los vendedores mexicanos que dependen de estos bienes para abastecer sus inventarios.
México, uno de los países con una mayor concentración del mercado de comercio electrónico en Latinoamérica, representando un 26%, de acuerdo con datos de Statista.
Sin embargo, el Fondo Monetario Internacional proyecta una contracción económica para la nación en 2025 debido a las tensiones.
El enfoque de algunas marcas es centrarse en la promoción de productos nacionales. En Latinoamérica, el gran jugador de e-commerce es Mercado Libre, que ha optado por reforzar su enfoque en productos nacionales y en apoyar a pequeñas y medianas empresas para mitigar el impacto de los aranceles y dar visibilidad a productos locales.
Es una pena que las plataformas digitales tengan que lidiar con tanta incertidumbre por las tarifas. Esto puede afectar no solo a las empresas, sino también a los usuarios que dependemos de estos servicios. Al final, siempre somos los que pagamos el precio, ya sea con tarifas más altas o con menos opciones. Sería bueno que se llegara a un acuerdo que beneficie a todos.