
Ciudad de México. La confianza del consumidor en México mostró una notable mejoría en agosto de 2025, alcanzando su punto más alto en lo que va del año. Según el Indicador de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el índice se ubicó en 46.7 puntos. Este aumento de 0.7 puntos respecto al mes anterior refleja una percepción más favorable de los mexicanos sobre la situación económica actual y futura del país, así como en su capacidad de compra de bienes duraderos.
El mayor avance en el indicador se registró en la categoría que evalúa las perspectivas futuras de la economía nacional y las posibilidades de adquirir bienes como lavadoras, electrodomésticos y muebles. Estos rubros crecieron 1 y 1.1 puntos, respectivamente, lo que sugiere un mayor optimismo en los hogares para realizar compras importantes. A pesar de este crecimiento mensual, el ICC todavía se mantiene 0.7% por debajo del nivel de agosto de 2024, indicando que aún hay camino por recorrer para alcanzar los niveles del año anterior.
Un panorama con claroscuros
A pesar del optimismo general, el análisis del Inegi revela un panorama mixto. Si bien la percepción sobre la situación económica del país y la de los hogares tuvo un comportamiento variado, con avances y estancamientos, la confianza de los consumidores en el presente de la economía nacional mostró una caída anual de 3.2 puntos en comparación con agosto de 2024. Este es el descenso más significativo del periodo.
Sin embargo, las posibilidades de los hogares para comprar bienes duraderos, como electrodomésticos, mostraron un crecimiento anual de 2.7 puntos. Esto sugiere que, a pesar de las preocupaciones macroeconómicas, los consumidores se sienten más seguros para realizar este tipo de inversiones, lo que podría ser un reflejo de una mejor estabilidad económica a nivel personal.
Preocupaciones y oportunidades
Los indicadores complementarios del estudio muestran algunas áreas de cautela. La confianza en las posibilidades de ahorro y de empleo, así como en el gasto en artículos como ropa o calzado, registraron caídas. Esta tendencia, según la analista Rosa Rubio, de Monex, podría deberse al «mayor pesimismo de su situación económica y en su capacidad de ahorro actual». No obstante, hay una señal positiva: las expectativas sobre los precios en el país mejoraron después de dos caídas previas, lo que sugiere una menor preocupación sobre la inflación.