En la casa de Andrea se respira futbol en cada rincón. Ella es una mexicana que vive en Nueva Zelanda e inculca el amor por el deporte a su hijo, a quien suele vestir con la playera de Pumas, mientras que su pareja, inglés, transpira casi por naturaleza el balompié, sin embargo, fuera de casa la realidad es otra, pues el futbol no es el deporte más popular y por lo tanto no se ha reflejado tanto interés por el Mundial Femenil, del cual Nueva Zelanda es una de las sedes.
La falta de interés por parte de los aficionados neozelandeses ha obligado a que los organizadores del Mundial se vean obligados regalar miles y miles de boletos, con el objetivo de que los estadios no luzcan vacíos.
Andrea llegó a Nueva Zelanda en 2014 y al año siguiente tuvo su hijo. “Trabajo como intérprete de español para el gobierno y trabajo también en un ministerio que es como el DIF, entonces ayudo a las personas que están en estado de vulnerabilidad”, platicó a Sopitas.com desde la ciudad de Hamilton, que recibirá cinco partidos de la fase de grupos.
¿Por qué no se venden boletos en Nueva Zelanda para el Mundial Femenil?
El futbol es el tercer deporte más popular en Nueva Zelanda, aunque muy por detrás del cricket y el rugby, el más practicado en dicho país, a tal grado que el gobierno subsidia la práctica de éste.
“Aquí primero es el rugby, segundo es el cricket, que es la cosa más aburrida que he visto en la vida (risas). Los partidos duran nueve o 10 horas, se dan un descanso a la hora del te, y si empatan tienes que regresar al siguiente día. En tercer lugar está el futbol, luego basquetbol y en el quinto está la carrera de caballos. Aquí los bares se atascan para ver el rugby”, comparte Andrea.
Al ser el deporte de mayor tradición, el gobierno de Nueva Zelanda subsidia al rugby, de modo que se suelen regalar equipos y uniformes a quienes lo practican, y esto deja en desventaja a otros deportes.
“Hay muchas academias para niños y niñas, la desventaja que veo es que aquí es tú te debes comprar todo el equipo. Aquí pago 220 dólares neozelandeses (cerca de dos mil 300 pesos mexicanos) por la temporada para mi hijo, pero auméntale el uniforme, que son otros 200 (casi dos mil 100 pesos), más los botines. Si tienes dos hijos no los puedes poner a jugar futbol porque no es un deporte barato”. Entre menos personas practiquen futbol, menor es el número de aficionados.
El Mundial Femenil es tema de conversación, pero no por el aspecto deportivo
Andrea recuerda que Nueva Zelanda recibió partidos del repechaje rumbo al Mundial, sin embargo los estadios apenas fueron ocupados en un 10%, pues el futbol no tiene un impacto como a la FIFA le hubiera gustado. “Es como si llevaras a Mexico el Mundial de rugby… no sé que tantas personas irían”.
Para evitar que los estadios se vean vacíos, se han regalado más de 20 mil boletos. “Hace tres semanas mandaron un mail en mi trabajo que decía algo como ‘A todos los que quieran boletos gratis, manden un mensaje’. Yo quería para todos los partidos, y me jefa me dijo que si no tenía más familia”.
En esto se ha centrado la conversación referente al Mundial Femenil, de modo que el tema deportiva ha pasado de largo pese a que en el país se encuentra Estados Unidos, la máxima potencia y favorita para ganar el Mundial.
“La antigua primera ministra, Jacinda Ardern, desde sus cuentas en redes sociales, puso un post en el que invitaba a comprar boletos, que están en 10 dólares, y a eso se sumó una empresa de software, que regalaba 20 mil boletos. Necesitamos gente en los estadios, por eso es que se comenzó a hablar del Mundial, pero es un poco triste porque la gente no está interesada”, dijo.
¿Entonces fue correcta la designación de Nueva Zelanda para el Mundial Femenil?
Esta situación puede dejar mal parada a Nueva Zelanda como sede, pero a la vez a la FIFA por dar luz verde. “Nueva Zelanda no estaba lista para un Mundial de futbol, varonil o femenino. Veremos si con la dinámica de regalar boletos la gente viene”.
Sin embargo, no todo es malo, y es que Andrea considera que después del Mundial, el futbol puede dejar una huella en el país, sobre todo en el caso de las niñas y quizá entonces este sea uno de los objetivos de FIFA y del futbol femenil, a pesar de que no se cumplieron las expectativas en cuanto a la venta de boletos.
“Este es un incentivo que les ayudará a las nuevas generaciones, especialmente a las niñas y creo que ya se está viendo. Aquí hay más niñas entrenando porque también el rugby es más agresivo, y desde ahora se ve un cambio de ideología con el futbol femenil, y tal vez ese es el propósito de este Mundial. La lección más grande tal vez es que el futbol femenil está cobrando fuerza, y quizá en en algunos años nos estemos peleando en Nueva Zelanda por boletos para ver a una selección… y ojalá sea la mexicana”.