Los premios de la Academia o los Oscar tienen una enorme deuda en la categoría de Mejor Director. Por un lado, al no reconocer a grandes cineastas que nos entregaron filmes increíbles; y por el otro, que nos resulta más doloroso porque se describe aparte y dentro de lo anterior, la enorme cantidad de directoras que fueron y siguen siendo ignoradas.
Sí, podemos hablar de la grosería de no haberle dado nunca un Oscar como director a Stanley Kubrick, Ingmar Bergman, Alfred Hitchcock, Federico Fellini… y la lista es larga. Pero en cuanto a directoras, la lista es interminable.
Las directoras en la historia de los Oscar
En los 70, Lina Wertmüller recibió la primera nominación para una directora por Seven Beauties. A ella le siguió, en el 93, Jane Campion por The Piano. 10 años después llegó Sofia Coppola con Lost in Translation. En 2009 las cosas cambiaron: Kathryn Bigelow recibió nominación por The Hurt Locker y se llevó el Oscar. El primero para una directora.
En 2017, Greta Gerwig estuvo nominada por Lady Bird. En 2020, de nueva cuenta las cosas “cambiaron” con dos mujeres nominadas en la categoría de Mejor Director: Emerald Fennell por Promising Young Woman y Chloé Zhao por Nomadland. Y llegó el segundo Oscar para una directora, esta vez para Zhao.
Para 2021, Jane Campion volvió a recibir la nominación por The Power of the Dog, y salió con la estatuilla. Este 2024, Justine Triet va por su trabajo en Anatomy of a Fall. Como verán, sólo han sido ocho directoras las que han recibido nominación a Mejor Director, y de esas, sólo tres se han llevado el Oscar. La deuda es enorme…
Siempre habrá ausentes en los Oscar pero…
Podríamos mencionar algunos ejemplos de directoras que merecían una nominación el Oscar e, incluso, llevarse la estatuilla. Fuera de la ausencia de Celine Song (Past Lives) y Greta Gerwig (Barbie) para los Oscar de este 2024, podemos mencionar a otras creadoras cuyos filmes han tenido un impacto enorme en la industria.
No nos vayamos tan lejos. Chantal Akerman tiene la “mejor película de todos los tiempos” con Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles, de acuerdo con la aclamada revista Sight and Sound del British Film Institute (BFI).
Esta cinta queda por encima de Vertigo de Alfred Hitchcock y Citizen Kane de Orson Welles, quienes sostuvieron el primer lugar durante décadas. Pero Chantal Akerman jamás fue considerada por la Academia.
Si no nos queremos ir tan atrás, recientemente tuvimos a Celine Sciamma, quien nos regaló una de las historias de amor más hermosas y devastadoras con Portrait of a Lady on Fire.
Mary Harron y American Psycho
Quizá el mejor ejemplo de una enorme ausencia de directoras en el nuevo milenio es Mary Harron, quien en el 2000 estrenó American Psycho. Para la época era un filme sumamente arriesgado, y la narrativa innovadora de Harron ha permitido que la cinta permanezca actual desde hace más de 20 años.
Ahora bien. Al momento de su estreno en Sundance, la película recibió críticas mixtas. Muy pocos reconocieron la genialidad de su discurso como una crítica hacia el consumismo desmedido. Pero la mayoría pensó que era un ejercicio grotesco donde se presentaban escenas gráficas de violencia sin un argumento. Incluso, fue calificada de “sexista”.
Pero independientemente de la recepción que tuvo American Psycho en el 2000, la película es una genialidad. Resulta aún más sorprendente saber que esta fue la segunda cinta de Mary Harron tras el éxito de I Shot Andy Warhol en Cannes en el 96.
La producción de American Psycho
¿Pero cómo fue que llegó al proyecto? American Psycho está basado en la novela de 1991 de Bret Easton Ellis, quien comenzó a escribir la historia en la década de los 80. Cuando compraron los derechos de la obra para una adaptación fílmica, el autor escribió algunas versiones del guion.
La cosa es que estaban muy volados… porno, pues. Fue así como uno de los ejecutivos del estudio, comenzaron la búsqueda de un director y actor para la película. Pensaron en Oliver Stone, pero al final, contactaron a Mary Harron, quien rechazó la oferta.
Después de leer de nueva cuenta la novela, dijo que sí con la condición de que ella escribiera el guion. El estudio aceptó, y Harron contactó a Guinevere Turner para desarrollar el escrito. Ya tenían las dos partes más importantes en dirección y guion. Sólo faltaba el actor que interpretara a Patrick Bateman.
Mary Harron quería a Christian Bale, pero este no estaba interesado en el proyecto. Después de convencerlo de leer el guion, el actor aceptó. Se dice que Harron, Ellis y Bale tuvieron una cena y fue cuando decidieron que Bale era perfecto. ¿Por qué? Porque Bale apareció en personaje y Ellis quedó fascinado.
Sin embargo, Lionsgate, la cual obtuvo los derechos de distribución, no quería a Bale. Lionsgate quería a Leonardo DiCaprio. ¿Y luego? DiCaprio tenía una imagen muy “infantil” para el papel, y además le recomendaron no tomarlo porque la mayor parte de su público eran mujeres… ¿cómo lo afectaría interpretar a un asesino? Una vez que aceptaron a Bale, comenzó la producción de American Psycho.
American Psycho
American Psycho está protagonizada por Patrick Bateman, un yuppie de los 80. Bateman es joven, tiene unos veintitantos años, es rico y vive en una enorme ciudad. Es guapo, rico y egoísta. Sui contradicción parte de que odia todo y a todos, pero al mismo tiempo, le interesa mucho lo que piensan de él.
Patrick Bateman trabaja en Wall Street y pronto descubrimos que sus compañeros o colegas, son clones de él, o quizá él es el clon de ellos. Todos son iguales, se comportan de la misma manera, les interesan las mismas cosas como las tarjetas corporativas.
El punto de quiebre para Patrick llega con Paul Allen, otro corredor de bolsa cuya tarjeta corporativa es más bonita que la de él a pesar de ser casi idénticas. Esto afecta profundamente a Bateman, quien se obsesiona con él, o mejor dicho, con la idea de eliminarlo.
Hasta aquí ya entendemos que Patrick Bateman es un psicópata. Se describe como un cuerpo vacío que sólo sirve para interactuar con la gente, como una máscara de presentación de algo que realmente no es. Nos describen a Patrick cada vez que entramos a su mente, la cual está llena de proyecciones violentas, sobre todo contra mujeres.
La genialidad de la película y el trabajo de Mary Harron
American Psycho es una sátira cargada de críticas hacia el consumismo desmedido. Es una entrada a las partes más oscuras de la psique humana. ¿Esta fue al primera película que lo hizo? No, tenemos, por ejemplo, a Taxi Driver de Martin Scorsese.
Pero la diferencia entre una y otra, es que Mary Harron nunca explica ni justifica a su personaje. American Psycho fue descrita como una película extremadamente violenta, pero la misma directora se asombró con esas declaraciones.
En una entrevista por el aniversario del filme, dijo que una cinta como John Wick es mucho más violenta. Entonces, ¿por qué se celebra algo como John Wick pero no algo como American Psycho? Porque en su filme la violencia es perturbadora, no obvia ni visible (Harron deja muchas cosas a la imaginación del espectador).
Esta justificada y debe suceder. En otros filmes no. Vienen de un aspecto oscuro de la experiencia humana y de algo que no logramos comprender ni comprenderemos: la psique. Sin embargo, como parte de la audiencia te puedes identificar con el personaje no en sus puntos de extrema violencia, sino en su proceso.
En el caso de American Psycho hablamos del deseo de poseer, de ser reconocidos, resaltar, ser atractivos, tener cosas materiales de gran valor. La necesidad de Bateman de todo eso, alimenta su trastorno mental. Pero fuera del personaje, de alguna manera, todos hemos sentido esa necesidad de ser reconocidos, aceptados y admirados.
Los Oscar de 2001
Creemos que Mary Harron y American Psycho merecían más atención y reconocimiento, y por ende, formar parte de las nominadas a los Oscar que se celebrarían en 2001.
Ese año las películas nominadas fueron Gladiador; Chocolat; Erin Brokovich; Traffic; y El tigre y el dragón. Gladiador fue la gran ganadora de la noche al llevarse el Oscar por Mejor Película.
En cuanto a la categoría de Mejor Director, participaron Stephen Daldry por Billy Elliot; Ang Lee por El tigre y el dragón; Ridley Scott por Gladiador; y Steven Soderbergh por Erin Brokovich y Traffic. Finalmente, el ganador del Oscar en 2001 fue Soderbergh por Traffic.
Considerando las cintas por las cuales los directores recibieron nominación, claro que Mary Harron merecía estar ahí con American Psycho.
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