
15 DE DICIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. Decenas de habitantes del municipio de Coahuayana, Michoacán, tomaron las calles en una emotiva marcha para exigir paz y justicia, y para honrar la memoria de las víctimas mortales que dejó la violenta explosión de una camioneta el pasado 6 de diciembre. El trágico suceso ocurrió frente a las instalaciones de la Policía Comunitaria de la localidad. La comunidad, golpeada por la violencia, demostró unidad en su demanda de tranquilidad y seguridad en una zona asediada por conflictos criminales.
Mujeres, hombres y niños de diversas edades, todos vestidos de blanco, se congregaron en el sitio conocido como la tienda de Alfredo Murguía para iniciar su recorrido. La marcha avanzó con un claro mensaje de rechazo a la violencia hasta llegar a la Glorieta de la Paz. Ahí, los coahuayenses participaron en una misa solemne, rindiendo homenaje a las seis personas que perdieron la vida a causa del estallido del vehículo, un evento que ha marcado profundamente a la población.
Víctimas y Nexos con la Violencia Criminal
El saldo de la explosión fue de seis fallecidos y cuatro personas heridas, que continúan recuperándose del impacto. Se ha confirmado que cuatro de las víctimas mortales eran integrantes de la Policía Comunitaria. Las otras dos personas aún no han sido identificadas oficialmente, pero se presume que eran quienes tripulaban la camioneta que estalló. Este incidente no es un hecho aislado, sino que está vinculado a una disputa de alto nivel.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, adelantó la semana pasada que la explosión está relacionada directamente con la intensa pugna territorial que mantienen dos poderosos grupos criminales: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y la facción conocida como Cárteles Unidos, específicamente el Cártel de Tepalcatepec. Esta guerra entre cárteles es la que ha llevado la violencia extrema hasta las comunidades, afectando directamente a los pobladores y a los grupos armados locales.
La Policía Comunitaria, afectada directamente por la explosión, está siendo objeto de una investigación por parte de la Fiscalía General de la República (FGR) debido a presuntos nexos con el Cártel de Tepalcatepec. Dicha corporación opera bajo el mando de Héctor Zepeda Navarrete, conocido como “El Comandante Teto”, quien fue parte de los grupos de autodefensa que se levantaron en armas en 2014. Su negativa a someterse a los controles oficiales genera un serio problema de legalidad.
Corporaciones No Reconocidas y Exigencia de Paz
La Paz y seguridad se complican en Coahuayana debido a la existencia de este grupo armado no oficial. Los gobiernos federal y estatal han dejado claro que no reconocen a la Policía Comunitaria como una corporación de seguridad oficial. Esto se debe a que sus integrantes se han negado de manera sistemática a seguir los procesos obligatorios que marca el Sistema Nacional de Seguridad Pública, como la realización de exámenes de control y confianza y el registro legal de sus armas de fuego.
Para aumentar la complejidad, el ayuntamiento de Coahuayana, liderado por el perredista Andrés Aguilar Mendoza, informó que el municipio sí cuenta con una Policía Municipal debidamente conformada, aunque solo con 11 elementos. Esto confirma que la Policía Comunitaria opera completamente al margen de las autoridades constituidas, creando una dualidad de mando y un vacío de legalidad que exponen a la población a los riesgos de la violencia entre grupos armados. La marcha es un reflejo de que la población quiere una sola autoridad que garantice la paz.






