
2 SEPTIEMBRE 2025- INTERNACIONAL- Las autoridades francesas han dado un paso monumental en la búsqueda de justicia, al emitir siete órdenes de arresto contra altos cargos del antiguo régimen de Siria, incluido el ex dictador Bashar al Asad. La acusación se centra en su presunta complicidad en crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad por el bombardeo de un centro de prensa en la ciudad siria de Homs en 2012. Este ataque costó la vida a la aclamada reportera estadounidense Marie Colvin y al fotógrafo francés Rémi Ochlik. Esta decisión judicial es considerada un hito que podría sentar un precedente para la persecución de líderes políticos que cometen atrocidades.
Los mandatos de arresto fueron firmados por jueces de instrucción del Tribunal Judicial de París el pasado mes de agosto. La acusación no solo apunta a Al Asad, sino también a su hermano Maher al Asad, director de los servicios secretos Ali Mamlouk y otros oficiales de alto rango. La investigación, liderada por el Centro Sirio para los Medios de Comunicación y la Libertad de Expresión, ha concluido que el ataque no fue un error, sino una acción deliberada del régimen sirio para silenciar a los periodistas extranjeros. El objetivo, según los abogados, era evitar que se documentaran los crímenes de guerra cometidos durante el asedio a Homs.
Este evento nos recuerda que la impunidad no puede ser un refugio para aquellos que cometen atrocidades. El caso de Colvin y Ochlik, quienes arriesgaron sus vidas para informar al mundo de lo que estaba sucediendo en Siria, destaca el valor del periodismo de guerra y la importancia de proteger a quienes están en la primera línea para documentar la verdad. La decisión de Francia demuestra que la justicia puede trascender las fronteras y el tiempo, incluso si el acusado principal, Bashar al Asad, ahora se encuentra exiliado en Rusia.

Una batalla legal contra la inmunidad diplomática
Aunque la primera orden de arresto contra Al Asad fue anulada en julio por la Corte de Casación francesa, que argumentó que el ex dictador aún gozaba de inmunidad como presidente en funciones, esta nueva orden se emite tras su derrocamiento en diciembre de 2024. Este cambio de estatus legal ha abierto una nueva vía para que la justicia francesa lo procese por los crímenes contra la humanidad que se le imputan. Este precedente legal podría ser utilizado en el futuro para juzgar a otros líderes exiliados que hayan perdido su inmunidad presidencial, lo que lo convierte en un caso crucial en el ámbito del derecho internacional.
El régimen de Siria ha sido acusado de cometer múltiples crímenes contra su propia población durante la guerra civil. La emisión de estas órdenes de arresto, aunque no garantizan la detención inmediata de los acusados, envía un mensaje contundente de que la comunidad internacional no olvidará las atrocidades cometidas. La decisión de Francia, a pesar de las complejidades diplomáticas, representa un acto de justicia y una muestra de solidaridad con las víctimas y sus familias, demostrando que la ley puede prevalecer sobre la impunidad política.
