WASHINGTON.— Stephen Miller, uno de los asesores más cercanos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó ayer que tiene la “plena expectativa” de que Nicolás Maduro, quien juró como mandatario de Venezuela para un tercer sexenio tras su cuestionada reelección, acepte vuelos de deportación con migrantes venezolanos en situación irregular en Estados Unidos, lo mismo que de integrantes de la banda Tren de Aragua.
“Es nuestra plena expectativa que Maduro acepte todos los vuelos de miembros de la banda Tren de Aragua de regreso a Venezuela”, afirmó en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.
Estados Unidos y Venezuela no mantienen relaciones diplomáticas y actualmente Venezuela no recibe vuelos de deportación.
Estos vuelos se reanudaron en octubre de 2022 bajo el gobierno de Joe Biden (2021-2025), tras cuatro años de parálisis, pero volvieron a suspenderse unos cuatro meses después.
Miller sostuvo que Trump prevé que “todas las naciones del mundo participen plenamente en la aplicación de las leyes migratorias, y, en particular, en la repatriación de sus propios ciudadanos”.
“Esta es una obligación internacional básica que Estados Unidos cumple, que todas las naciones desarrolladas cumplen, y esperamos que todos los países socios de la región también la cumplan”, subrayó Miller, quien ocupa el cargo de subjefe de gabinete de la Casa Blanca.
Colombia recibe a deportados
Estas declaraciones llegan después de que las deportaciones ordenadas por Trump generaran el domingo una crisis sin precedentes en la relación con Colombia, el mayor aliado de Estados Unidos en Hispanoamérica durante décadas.
Tras el rechazo del presidente colombiano, Gustavo Petro, a recibir dos aviones con migrantes deportados desde Estados Unidos, Trump anunció la imposición de aranceles del 25% a las exportaciones colombianas y advirtió que, en una semana, subirían al 50%, además de revocar visados.
Petro respondió ordenando al ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, que aplique el principio de reciprocidad y eleve 25% los aranceles a las importaciones estadounidenses.
Tras varias horas de tensión diplomática, ambos países anunciaron por la noche una resolución del conflicto, que incluyó el levantamiento de las restricciones una vez que aterricen los primeros aviones de deportación en Bogotá.
Este lunes por la noche, Trump afirmó en declaraciones a la prensa que el conflicto diplomático con Colombia le dejó la lección de que su filosofía de “la paz se logra con fuerza”, funciona.
Ayer, dos aviones de la Fuerza Aérea Colombiana llegaron a Bogotá con migrantes deportados de Estados Unidos, que aseguraron haber sido esposados en el primer intento de ser regresados a su país.
Ese fue justo el motivo que alegó Petro el domingo para negarse a recibir vuelos militares con deportados y por el que se generó el roce entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos.
La Cancillería de Colombia informó en un comunicado que en los dos vuelos arribaron 201 connacionales en total. Un avión llegó procedente de El Paso, Texas, y el segundo de San Diego, California.
Petro se refirió a los deportados en su cuenta de X como colombianos “libres y dignos y están en su patria donde se les quiere”.
Es preocupante escuchar que los deportados cuentan que no se respetaron sus derechos en Estados Unidos. Esto solo muestra que el sistema migratorio necesita una revisión urgente. La gente no debería ser tratada de forma inhumana, independientemente de su situación. Es hora de que se busquen soluciones que respeten la dignidad de todos.
Es triste ver cómo a veces se olvidan los derechos humanos de las personas. Las deportaciones no son solo un tema legal, son vidas reales que se ven afectadas. A veces parece que se ignora cómo se sienten y lo que han vivido estas personas, y eso no está bien.
Es preocupante escuchar que algunos deportados afirman haber recibido un trato inhumano en EE.UU. Las deportaciones son un tema complejo, pero no se pueden olvidar los derechos humanos. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de hacerlo de manera justa y respetuosa. Todos merecemos ser tratados con dignidad, sin importar de dónde vengamos.