17 de Diciembre del 2025.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha salido al paso de las recientes acusaciones lanzadas desde el norte, asegurando de forma contundente que todo el tema del narcotráfico es una completa falsedad inventada. Durante un importante evento con trabajadores en Caracas, el mandatario explicó que Estados Unidos está utilizando estas historias sobre el tráfico de drogas como una simple excusa mediática para justificar ataques directos contra su nación. Según su visión, no existe tal vínculo criminal y todo se trata de una estrategia de noticias falsas diseñada para confundir a la opinión pública mundial y preparar el terreno para una intervención mayor.
El líder venezolano comparó esta situación tensa con otros conflictos históricos, recordando cómo se inventaron armas de destrucción masiva que no existían para atacar a otras naciones en el pasado reciente. Maduro insistió en que, al no poder acusarlos de tener armas nucleares o químicas, Washington ha decidido fabricar un expediente relacionado con los estupefacientes para crear un escenario de guerra similar al de Afganistán o Libia. Para el gobierno bolivariano, este supuesto combate contra las drogas es solo un pretexto político que busca desestabilizar la región y acabar con la soberanía de su país mediante la fuerza militar bruta.
En su discurso ante el Congreso Constituyente de la Clase Obrera, el mandatario reiteró su llamado a la paz y rechazó cualquier intento de intervención extranjera que use como bandera la lucha contra el crimen organizado. Con una postura firme, declaró que Venezuela tiene la autoridad moral para decir «no más guerras eternas» como las de Vietnam o Irak, pidiendo el fin inmediato de las agresiones. Maduro enfatizó que su nación no quiere conflicto, pero que no aceptarán que se les imponga una etiqueta de narcotráfico que no corresponde a la realidad, invocando la protección divina para evitar que se repitan tragedias bélicas en suelo suramericano.
Intereses ocultos y piratería
Desde Caracas se ha denunciado en muchas ocasiones que el verdadero interés de Estados Unidos no tiene nada que ver con detener el flujo de sustancias ilícitas ni con la seguridad del hemisferio. El gobierno asegura que el objetivo real detrás de las constantes acusaciones de tráfico de drogas es lograr un cambio de régimen forzado para tomar control de las reservas de petróleo y gas. Según esta perspectiva, la narrativa criminal es solo una cortina de humo para ocultar la ambición por los inmensos recursos naturales que posee Venezuela, los cuales son codiciados por las grandes potencias energéticas del mundo para sostener su economía.
La tensión aumentó notablemente la semana pasada cuando Washington anunció la incautación de un buque petrolero en aguas internacionales, una acción que Maduro no dudó en calificar como un acto de piratería moderna. El presidente afirmó que atacar una nave comercial y privada bajo la excusa de combatir el narcotráfico viola todas las leyes del derecho internacional público que rigen la convivencia pacífica entre naciones. Para el gobierno venezolano, este asalto representa un robo descarado de sus activos y una muestra clara de que la Casa Blanca está dispuesta a actuar fuera de la ley para asfixiar la economía del país caribeño.
Operaciones militares y falta de pruebas
El despliegue militar estadounidense en el Caribe, conocido como operación Lanza del Sur, ha sido justificado oficialmente como una misión para eliminar a los terroristas y proteger a sus ciudadanos de las drogas. Sin embargo, estos operativos han resultado en bombardeos y la muerte de más de 80 personas en el mar, sin que se hayan presentado pruebas concretas de que estas embarcaciones llevaran carga ilegal. Además, el bloqueo total ordenado por Donald Trump contra los petroleros sancionados busca cortar cualquier vía de financiamiento, acusando sin evidencia al gobierno de usar recursos del estado para apoyar actividades ilícitas en la región.
