
Los Tweets Resurgen para Acechar a Jerí: El Nuevo Presidente Peruano, Bajo Fuego por su Rastro Digital
El ascenso de José Jerí Oré a la Presidencia interina de Perú, tras la destitución de Dina Boluarte, ha sido rápidamente ensombrecido por la polémica generada por su actividad en redes sociales. El nuevo Presidente se vio forzado a realizar una apresurada «limpieza digital» en su cuenta de Instagram, donde dejó de seguir más de 300 perfiles. Este intento de borrado se hizo viral al revelarse que entre las cuentas eliminadas se encontraban estudios de contenido para adultos como Brazzers y la actriz porno Mia Khalifa, desatando un escándalo sobre la imagen y el juicio del nuevo jefe de Estado.
El esfuerzo del nuevo Presidente por ocultar su rastro digital resultó en el efecto contrario, ya que la atención se volcó inmediatamente a su historial en la red social X (antes Twitter). Numerosos tweets antiguos y polémicos resurgieron, exponiendo comentarios que han sido calificados de superficiales y machistas. La inconsistencia entre la seriedad que exige el cargo y la ligereza de estas publicaciones ha puesto en duda su capacidad para unificar y liderar a una nación sumida en una profunda crisis.
La Doble Vida Digital del Presidente Expuesta
Entre los tweets que más han generado controversia se encuentran comentarios sobre el atractivo físico de mujeres. Un mensaje particularmente señalado decía: «Las chicas doradas italianas de Rústica son imponentes! Mejor me voy a Italia! Mamma mía!». Otro ejemplo de su pasado digital exponía: «Las mujeres que visten de blanco tienen algo que me atrae poderosamente». Estos tweets, que datan de antes de su juramentación, exponen una faceta del Presidente que choca con el decoro institucional.
La reaparición de estos tweets y el descubrimiento de su actividad en Instagram agravan la ya precaria posición de Jerí. El Presidente, que en su discurso inaugural prometió declarar la «guerra a la delincuencia» y encabezar un «gobierno de transición», ahora se ve obligado a batallar una guerra en el ámbito de la opinión pública. La ciudadanía, que ya desconfía de sus líderes, encuentra en estos tweets una nueva razón para cuestionar la calidad moral del séptimo jefe de Estado peruano en ocho años.



