Los Dallas Cowboys, la franquicia deportiva más cara del mundo, tocaron fondo en la era del millonario Jerry Jones, que arrancó en 1989, luego de la humillación que los Detroit Lions les infligieron por 9-47 el domingo pasado en la semana 6 de la temporada 2024 de la NFL.
Los Cowboys, que en agosto pasado se convirtieron en el primer equipo valuado en más de 10 mil millones de dólares (Sportico los valoró en 10 mil 320 millones) fueron derrotados en su hogar, el AT&T Stadium, por tercera vez consecutiva en el año.
La caída 9-47 ante Lions fue tan vergonzosa que aunque los Cowboys presumieron que 93 mil 644 aficionados acudieron al duelo a través de sus redes sociales, lo cual hicieron con una espectacular fotografía del recinto abarrotado, colocaron una capa borrosa que ocultó el bochornoso marcador.
Antes del inicio de la campaña 2024 el equipo de la estrella solitaria era considerado uno de los contendientes para llegar al Super Bowl, algo que no consiguen desde la temporada 1995, en la que vencieron 27-17 a Pittsburgh Steelers en el Super Bowl XXX.
Desde entonces, el equipo que Jerry Jones adquirió en 1989 por casi 150 millones de dólares, no sólo no ha vuelto al partido por el título de la NFL, sino que ni siquiera ha arribado a una final de la Conferencia Nacional, algo que por el desempeño mostrado hasta ahora se ve complicado de lograr.
La derrota ante Detroit fue la peor en casa desde que Jones compró al equipo y la quinta peor en la historia de la franquicia.
Sólo superada por el 0-44 que Bears les impuso en 1985, el 54-13 ante Vikings de 1970, la paliza 7-48 con la que Browns los maltrató en 1960 y el 3-43 que Vikings les encajó en 1988.
En esta campaña Dallas ha perdido ante su gente 19-44 con New Orleans, 25-28 ante Baltimore y ahora, 9-47, con Detroit.
Lo peor de ésta fue el pobre nivel competitivo de Dallas ante unos Lions que en lapsos parecían divertirse con jugadas sacadas de una bolsa de trucos que confundieron a la frágil defensiva del coordinador Mike Zimmer, diezmada por las ausencias de Micah Parsons, DeMarcus Lawrence y DaRon Bland.
Misma situación exhibió el trabajo del coordinador ofensivo, Brian Schottenheimer, inoperante en un ataque liderado por Dak Prescott, quien nunca encontró a sus receptores y acabó con dos intercepciones y cuatro capturas, pobres números para 60 millones de dólares anuales que gana el jugador mejor pagado de la NFL.
¿Y el entrenador en jefe, Mike McCarthy?, incapaz de modificar el destino de su equipo, tanto como Jerry Jones, quien a pesar de los cuatro años que tiene el ‘coach’ sin llevarlos al Super Bowl, no lo moverá de su posición.
La paliza propinada por Detroit fue el regalo en el cumpleaños 82 de Jones, quien observó desde su palco en el AT&T Stadium una derrota que calificó de “sorprendente y humillante”, pero no suficiente para hacer cambios, después de todo, nadie le quita el título a su franquicia de ser la más valiosa del mundo.
Con información de EFE