
6-Agosto-2025.-.En el mundo, solo nueve países forman parte del club nuclear: Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, China, Francia, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte. Aunque algunos lo admiten abiertamente y otros lo mantienen en silencio, el hecho es que todos han desarrollado esta capacidad por distintos caminos, marcando un equilibrio —y una tensión— que sigue definiendo la geopolítica actual.
De la Segunda Guerra Mundial a la carrera armamentista
Estados Unidos fue el primero en lograrlo. Durante la Segunda Guerra Mundial, desarrolló la bomba atómica en el marco del Proyecto Manhattan, un proyecto secreto que culminó con los devastadores bombardeos sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945. Poco después, la entonces Unión Soviética (hoy Rusia) respondió con su propio desarrollo nuclear, dando inicio a la carrera armamentista que definió la Guerra Fría.
Europa y el equilibrio nuclear
Reino Unido y Francia también se sumaron a este grupo durante la segunda mitad del siglo XX, buscando mantener su influencia global y garantizar su seguridad. China, por su parte, alcanzó su capacidad nuclear en los años 60, consolidándose como una potencia militar clave en Asia y equilibrando fuerzas frente a Estados Unidos y la Unión Soviética.
El sur de Asia no tardó en entrar en el juego. India desarrolló su programa nuclear en los 70, oficialmente con fines pacíficos al principio, pero rápidamente avanzó hacia el uso militar. En respuesta, Pakistán aceleró sus propios esfuerzos hasta lograr sus armas nucleares a finales de los 90, alimentando una rivalidad peligrosa en una de las regiones más tensas del planeta.
Israel, por otro lado, nunca ha confirmado ni negado oficialmente tener armas nucleares, pero múltiples informes y filtraciones apuntan a que posee un arsenal significativo. Este “secreto a voces” ha sido parte de su estrategia de seguridad frente a los conflictos regionales en Medio Oriente.
Finalmente, Corea del Norte es el miembro más reciente de este grupo. Tras años de sanciones y tensiones internacionales, desarrolló y probó sus armas nucleares como un medio de disuasión y presión en el escenario global, manteniendo en alerta a la comunidad internacional.