
La boda aplazada de Litzy ha generado revuelo entre sus seguidores. La cantante confirmó que el enlace que estaba programado para el 11 de octubre fue pospuesto, no por crisis sentimental, sino por falta de tiempo y planificación. En una reciente llegada a la Ciudad de México, después de su gira con las JNS en Guanajuato, habló con la prensa sobre las razones del aplazo.
Contrario a los rumores de una supuesta ruptura, Litzy aseguró que ella y Poncho Cadena atraviesan un buen momento tanto personal como profesional. Lo que les impidió organizar la boda fue el exceso de compromisos laborales y la falta de espacio para dedicarle a la logística del evento. Esta decisión se tomó de mutuo acuerdo, buscando evitar que sus invitados enfrentaran apuros para asistir.
Una decisión pensada con respeto para los invitados
Litzy explicó con franqueza que no han podido sentarse a planear nada: “No hemos preparado nada, ha sido complicado… andamos del tingo al tango”. También señaló que, al querer celebrar la boda fuera de la capital, querían que la gente tuviera tiempo para pensar en vuelos, hospedaje y logística, por lo que posponer la fecha les pareció lo más justo.
La pareja, que se comprometió en Nueva York en febrero pasado, vive ya una vida de convivencia como si fueran marido y mujer. Litzy declaró: “Vamos a tomarnos un poco de tiempo, no hay prisa… el 11 de octubre no será”. Mientras tanto, no descartan que el evento tenga elementos frente al mar, incluso en Los Cabos, pues desean que su celebración combine lugares significativos para ambos.
Aunado a esto, Litzy reveló que le gustaría convertirse en madre con Poncho Cadena: “Me encantaría tener muchos hijos… quiero cuatro”. Esa confesión suma un matiz emocional al anuncio del aplazamiento, pues proyecta planes de vida más allá de la fecha de boda.
Este tipo de aplazamientos reflejan una tendencia creciente entre parejas del espectáculo: el retraso consciente para manejar mejor el equilibrio entre compromisos profesionales y vida personal. En un medio tan mediático, garantizar que los invitados puedan asistir sin contratiempos es un detalle que habla de responsabilidad social y afectiva. Muchos artistas hoy día optan por tomarse el tiempo necesario para planear con calma en lugar de apresurarse por cumplir fechas simbólicas.
Además, este caso nos invita a reflexionar en cómo las agendas profesionales de celebridades pueden interferir con eventos personales de gran magnitud. Priorizar la planificación y considerar a los seres queridos muestra madurez en la relación y respeto hacia quienes serán parte del momento.