El senador estadounidense Lindsey Graham aseguró que los días del presidente venezolano, Nicolás Maduro, “están contados” y advirtió que otros países de la región también están en la mira de Washington, en el marco de su presunta lucha contra el narcotráfico en el Caribe. Según el político, el mandatario estadounidense Donald Trump “es muy serio” en su intención de frenar lo que califica como un “Estado narcoterrorista” en Venezuela.
Desde Caracas, las autoridades sostienen que estas acusaciones forman parte de una campaña para justificar un cambio de régimen y apropiarse de la “inmensa riqueza petrolera” del país. Maduro reiteró que “Venezuela es inocente” y que el verdadero objetivo de EE.UU. es preparar el terreno para una agresión. “Todo lo que se está haciendo contra Venezuela es para justificar una guerra y robarnos la principal reserva petrolera y la cuarta reserva de gas del mundo”, afirmó.
Graham respaldó abiertamente la postura de Trump al señalar que no considera a Maduro un presidente legítimo, sino un “narcotraficante” acusado ante tribunales estadounidenses, aunque Washington no ha presentado pruebas que sustenten esta narrativa. También recordó la invasión estadounidense a Panamá en 1989 y la caída de Manuel Noriega, insinuando que un escenario similar no estaría descartado.
El senador afirmó que existe “un califato de la droga” formado por Venezuela, Colombia y Cuba, y celebró que Trump esté “comprometido a poner fin a ese reinado del terror”. Aseguró que cuanto antes caiga Maduro, “mejor para el pueblo venezolano y para Estados Unidos”.
En paralelo, Washington anunció el inicio de la ‘Operación Lanza del Sur’, un despliegue militar encabezado por el Comando Sur que, según el Pentágono, busca eliminar a “narcoterroristas” y proteger al país norteamericano de las drogas. El portaaviones USS Gerald R. Ford se sumó esta semana al operativo, hecho que fue calificado por Caracas como un intento de invasión y una agresión directa a su soberanía.
Desde agosto, EE.UU. ha intensificado su presencia militar frente a Venezuela con buques de guerra, submarinos, aviones de combate y tropas. También ha llevado a cabo bombardeos contra presuntas “narcolanchas” en el Caribe y el Pacífico, ataques que han dejado decenas de muertos y han sido denunciados como “ejecuciones sumarias” por organizaciones internacionales y gobiernos de la región.
Venezuela sostiene que Washington busca desviar la atención de su crisis interna y preparar el terreno para una intervención. Autoridades como el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, el canciller Yván Gil y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, coincidieron en que el país enfrenta un “intento de invasión” que pone en riesgo la estabilidad del Caribe como zona de paz.
