CIUDAD DE MÉXICO.— El uso de mascarillas, el gel antibacterial en cada esquina, las videollamadas con los seres queridos y para tomar clases, así como el distanciamiento social fueron algunas de las cosas más experimentadas durante la pandemia.
Esta rutina transformó la vida de las familias en todo el mundo y su manera de interactuar. Aunque todas las personas sufrieron los estragos de esta pandemia, sin duda, los niños fueron la población más afectada y la que se dejó para el final cuando comenzaron a salir las primeras vacunas.
Al notar que los niños suelen ser los más olvidados en casi todos los acontecimientos, Lariza Montero, una periodista mexicana, decidió dar voz a 16 niños en su libro “Érase una vez una pandemia”, al explicar cómo experimentaron este período de confinamiento, con el fin de que otros menores a futuro conozcan estos relatos.
“La intención primaria de escribir ‘Erase una vez una pandemia’ es para poder dar mayor visibilidad a los relatos y las experiencias de niños, niñas y adolescentes mexicanos, ya que los registros, la historia y la experiencia nos hablan de que las voces infantiles no han sido registradas, escuchadas, observadas y secundadas”, señala.
“En mi libro hago referencia a una frase de la doctora Susana Sosenski, experta en la historia de las infancias, donde decía que la pandemia fue el mayor encierro de las infancias en la historia del mundo”, dijo.
En el marco del Día del Niño, Lariza expresó que los niños y las niñas son una población fundamental en el mundo, por lo que le resulta sorprendente que, durante cualquier desastre se les pregunte a los adultos cómo lo vivieron, pero se deje de lado los testimonios de los menores.
“Entrevistar a un niño o a una niña es un desafío muy grande, porque ellos tienen una curva de atención muy limitada, tienen también mucha sencillez en sus palabras, mucha honestidad, mucha sinceridad. Pero al mismo tiempo no están acostumbrados a que la gente los escuche con atención, les pregunten, indaguen sus historias, los hagan protagonistas”, mencionó.
¿Cómo afectó la pandemia en las infancias?
Lariza enfatizó que para llevar al cabo este libro tuvo que entrevistar a cientos de niños de diferentes edades y niveles socioeconómicos, a través de Zoom, con el objetivo de que la sociedad los reconozca y los observe más allá del juicio de que son el futuro, ya que los considera individuos del presente, “en su calidad de niños y niñas”.
“Todos fueron relatos muy estremecedores, y lo más difícil es que tuve que buscar la manera de cómo llegarles, porque yo era una absoluta desconocida. Sentarte con un niño y decirle ‘cuéntame tu historia’ es un aprendizaje donde ellos se abren y son muy abiertos, muy honestos, sin tener ningún juicio frente a la persona que tienen enfrente”, recalcó.
Aunque los niños son personas inocentes, agregó que acercarse a ellos a veces puede ser complicado. Sin embargo, esto no fue un impedimento para ella, ya que utilizó todo tipo de herramientas para conocer sus experiencias.
“Recuerdo mucho el relato de Robertito que en aquel momento tenía seis años, tuve que usar una nariz de payaso, y utilizar mucho la fantasía para poder preguntarle cosas muy fuertes, muy dolorosas. Por ejemplo, yo le preguntaba ‘¿cuál es tu mayor miedo, en esta circunstancia de pandemia’. Y él me decía ‘no te lo quiero decir’, y yo le dije ‘bueno, ¿por qué no se lo dices al peluche más cercano que tengas?’”.
“El niño tomó a su peluche y le susurró al oído su mayor miedo en esta pandemia, y le dijo que tenía miedo que sus papás se murieran por el Covid y lo dejaran solo”, puntualizó.
Asimismo, expresó que más que un libro para menores, “Érase una vez una pandemia” es un tesoro para ella que estuvo acompañado de muchas risas y lágrimas, porque en cada historia que le contaron veía a reflejados a sus hijos, que, aunque todavía son pequeños, sentía que tenían “la edad de Dana o de Robertito”.
“La historia que más me marcó fue la de Lesly, una niña que no puede ver, quien me decía ‘esto que están viviendo ustedes, yo ya lo he vivido durante muchos años, sentirme encerrada en mi ceguera, encerrada en mi invisibilidad, encerrada en mi discapacidad. Para ustedes es nuevo, pero para mí es como una forma de vida’; entonces escuchar eso fue como un golpe directo a las entrañas” dijo.
Lariza Montero pidió al gobierno mayor protagonismo de las infancias en la sociedad e instó al gobierno a implementar programas y políticas públicas más efectivas, no solo en tiempos de epidemias, sino de manera permanente.
Mencionó que los niños tienen derecho a ser escuchados, a la salud, a un medio ambiente sano y a participar activamente en la sociedad.
También, recalcó que su juventud no es su divino tesoro, sino su “resiliencia, su fortaleza, su capacidad de adaptación que demostraron en esta pandemia, ya que pudieron adaptarse a una circunstancia que en generaciones anteriores nunca nos hubiéramos imaginado”, por lo que celebra no solo hoy, sino todos los días su vida.
Esta nota Libro recoge las experiencias de niños en la crisis sanitaria por el Covid-19 apareció primero en Diario de Yucatán.